martes, 22 de diciembre de 2009

Inventario de teatro II

Tengo que añadir una nueva entrada al inventario de teatro que escribí en noviembre (http://lamujerquemedelaganadeser.blogspot.com/2009/11/inventario-de-teatro.html):

- Bodas de sangre (José Carlos Plaza, Teatro María Guerrero, Diciembre 2009). Me acabo de dar cuenta de que José Carlos Plaza era el director de la versión de Fedra que vi en octubre, y que no me gustó demasiado. Pero no es el caso de Bodas de sangre, afortunadamente. Me parece impecable. Me gustó mucho el vestuario y también la presencia, la postura de las actrices sobre el escenario; resultaban sólidas, con las piernas ligeramente separadas, como si estuvieran unidas a la tierra. Trasmitían mucha fuerza. Aún estará casi dos semanas en cartelera (hasta el 3 de enero, si no prorrogan); aconsejo ir a verla.

Como coda teatral del año, hace unas semanas terminé de leer Otros escenarios. La aportación de las dramaturgas al teatro norteamericano, un librito que encontré en la Llibreria Pròleg de Barcelona. He descubierto un buen puñado de nombres de autoras que -para variar- no me sonaban de nada (exceptuando a Gertrude Stein y Lillian Hellman). Necesito hacerme con sus obras. El problema es que aquí son casi imposibles de encontrar, salvo vía Amazon. Pero gracias a una amiga que trabaja en una librería, dentro de unos meses, tres de ellos podrán ser míos. ¡Me muero de ganas! Las referencias que he elegido son: Trifles, de Susan Glaspell; The Children's Hour, de Lillian Hellman; y How I learnt to drive, de Paula Vogel.

Ya os contaré...

sábado, 19 de diciembre de 2009

Las malas

Acabo de terminar de releer (parcialmente) La maldición de Eva, de Margaret Atwood, como siempre con gran deleite. Especialmente, todo aquello relacionado con el tema de la maldad y las mujeres en la literatura. Gran tema. Las frases de Atwood son como flechas afiladas, o como pequeñas perlas en las que cabe todo un mundo. Las leo y después vuelvo a leerlas porque casi ninguna dice sólo lo que en principio parece que dice. Siempre me dejan con la sensación de ser medio tonta y de estarme perdiendo la mitad de las cosas que ella quiere decir.

Pero hay que tener paciencia.

Por ejemplo, se pregunta si el sufrimiento es garantía de bondad (yo personalmente creo que no, aunque todas encontraríamos ejemplos por doquier que parecerían -sólo parecerían- indicar lo contrario; sufrir, o incluso morir, no tiene, en principio, nada de especialmente virtuoso o noble).

A mí también me fascinan los personajes femeninos malvados. Seguramente, porque en principio son lo contrario de lo que cabe esperarse. Y ese tipo de sorpresas, en la literatura, siempre son de agradecer. Como los héroes (masculinos, tradicionalmente) llenos de grietas e imperfecciones (como antihéroe definí yo, con quince años, a Holden Cauldfield, de El guardián entre el centeno). Al menos, me gusta encontrarme con mujeres malvadas que no son malvadas con el único fin de mostrar a las demás mujeres -a las de carne y hueso- cómo no deben ser si quieren ser mujeres; aunque, a veces, incluso en esos casos, al autor o a la autora se le escapa el personaje de las manos y éste acaba iluminando parcelas de la realidad completamente imprevistas e incluso prohibidas. Otras pequeñas perlas. Misterios de la creación literaria.

Como dice Atwood, "sus raíces (las de la novela) están en el fango y, si se da el caso, de esas materias primas impuras brotarán flores" (pp. 80-81). Por lo impuro en la literatura; y por las flores que de ahí nacen.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Todo sobre mi madre

"A Bette Davis, Gena Rowlands, Romy Schneider... A todas las actrices que han hecho de actrices, a todas las mujeres que actúan, a los hombres que actúan y se convierten en mujeres, a todas las personas que quieren ser madres. A mi madre" (Pedro Almodóvar, 1999).

Termino ahora de ver Todo sobre mi madre, otra joyita de Almodóvar que no había visto hasta este momento. La dedicatoria me ha parecido tan bella que no me he resistido a citarla. Después de ese implacable periplo sobre la maternidad, que no deja piedra sobre piedra en lo que a desnaturalizar mitos y realidades se refiere... el breve pasaje lorquiano del final, entre algunas otras cosas, me ha hecho intuir, una vez más, la textura de la vida, compuesta de pequeñas y felices coincidencias que afortunadamente no dejan de perseguirme.

¿Por qué y cómo me he perdido estas cosas durante tanto tiempo? Voy de cabeza a por la siguiente.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Me acuerdo de que pensaba que existían varias lunas

Me acuerdo de que pensaba que existían varias lunas, que no era posible que se viera la misma desde tantos lugares diferentes, y de que siempre decía: ¡Otra luna!

Y de que mi padre me contestaba, con fingida desesperación, que no, que era la misma. Era como un juego que se repetía. ¡Otra luna!... y la reacción de mi padre, que me hacía reír.

Las niñas y los niños poseen un ego muy superior al que seguramente después logran forjarse de mayores. Porque si yo pensaba que existían varias lunas era porque no podía concebir que mi perspectiva no fuera la principal, la que probara la imposibilidad de que una misma luna, tan alta y tan grande, pudiera verse desde distintos lugares. Y que además ésta tuviera su propio movimiento, ajeno al mío. Los niños y las niñas, sin saberlo, son partidarias de la física aristotélica; poco dadas a ceder en la teoría del movimiento de los astros y a dar su brazo a torcer en el hecho de no ser el centro del universo.

Algo sucede después, en torno, probablemente, a la adolescencia o inicio de ella, que rebaja las expectativas considerablemente. Resulta que mi existencia sobre el planeta, y mi movimiento sobre el mismo, no eran los únicos hechos concomitantes. Había otros astros, además de otras personas, que también existían y se movían (porque existir sin movimiento es algo probadamente difícil).

Pero, sin embargo, no había otra luna.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Contrarreacción

Este año he tenido la sensación de que, con motivo de los actos de conmemoración del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, algo comenzaba a moverse.

La concentración de Madrid, en la Puerta del Sol, me emocionó, más que por lo que se dijo o proclamó, por la respuesta enfadada de muchas de quienes allí nos hallábamos congregadas ante lecturas y datos de la misoginia. Recuerdo un grito: "¡No estamos tristes, estamos enfadadas!"

No es casual la coincidencia, con las fechas, de ciertos ejemplos reactivos. Es el caso de la polémica suscitada por un artículo aparecido hace unas semanas en El País, a cuyo autor no voy a hacerle el favor de citar su nombre ni ninguna de sus palabras. Este tipo de cosas provocan ahora en mí una respuesta muy diferente de la que hubiera tenido lugar hace un año o dos. La ignorancia y el recurso de la pataleta dan pena, sobre todo. No así por lo que respecta a un períódico como El País, que presume de progresismo y que una vez más defrauda a muchas de sus lectoras y de sus lectores; y que, en consecuencia, se ha visto inundado de respuestas y protestas. Me quedo, de entre todas ellas, con el final de la carta de mi antigua profesora Luisa Posada Kubissa, cuando concluye "ladran, luego cabalgamos"...

Y hace un rato me han llegado noticias sobre la sentencia del juicio a Nagore Lafagge. Tristes noticias. Nagore Lafagge, de 20 años, fue golpeada y estrangulada en Pamplona por un compañero de trabajo, en el año 2008, después de que éste la agrediera sexualmente. Me han ido llegando informaciones paulatinamente sobre el caso, y parece un compendio de mala praxis de todo tipo: el alcohol como atenuante, la imprudencia de la mujer como excusa para la agresión... Así, hasta llegar a la paradoja resultante de que la propia víctima parece ser la verdadera culpable de su homicidio (no asesinato). Seguro que, según las muestras ofrecidas en las últimas semanas, esto habrá recibido la conformidad de ciertos estandartes del periodismo progresista de este país.

La semana pasada asistí a una charla sobre prostitución donde Rocío Nieto, de APRAMP, comentó que cuando una mujer es prostituida (y yo añado golpeada, violada, humillada...) todas lo somos también un poco. Le duela a quien le duela. A nosotras nos duele más.

Puede que sea la famosa teoría de acción-reacción. También la semana pasada me sorprendió la película "No estás sola, Sara", coproducida por el Instituto de la Mujer y protagonizada por Amaia Salamanca, sobre la espiral de violencia física, psíquica y sexual (impresionante el tratamiento de esta última) de una chica que podríamos ser cualquiera de nosotras.

Bien. Pues a la acción-reacción contraponemos nosotras nuestra contrarreacción. Las cartas de respuesta a El País son un buen ejemplo.

Y, como las violencias son muchas, y algunas muy políticas, sutiles y diplomáticas, la semana pasada también (agitada semana) el proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo salvó el primer escollo de las enmiendas a la totalidad del texto en el Congreso de los Diputados. Entre las originales propuestas de apoyo a la mujer embarazada del Partido Popular y todo lo demás yo espero que salvemos el resto de escollos con la misma dignidad y no permitamos que ninguna mujer -ni mayor ni menor de 18 años- vea coartada su libertad, su cuerpo o su dignidad en virtud de palabras o argumentos que, vengan de quien vengan -periódicos, escritores, partidos políticos o tribunales- y como vengan -en forma de artículo periodístico, sentencia judicial o consenso político-, son, simple y llanamente, los de la misoginia.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Yerma marchita

Dudo y dudo antes de escribir esta entrada. Me ocurre siempre que aún estoy pensando y quizás es pronto para empezar a escribir. ¿Qué quería decirnos Lorca con esas últimas palabras en boca de Yerma? ¿Qué trataba de decir Yerma? Después de tantas páginas, sollozos y conjuros de loa a la maternidad, a la feminidad de lo fértil, de la leche y de las nanas.

Me fascinan los personajes de Lorca. Las mujeres de Lorca; me intrigan porque mientras las leo no dejo de hacerme preguntas. Sobre todo con Yerma. A estas alturas el discurso de la maternidad a mí me sigue provocando tantos escalofríos como en su día debía provocarle a Simone de Beauvoir (ella recomendaba a las mujeres de su época que no fueran madres). Así que cuando Yerma sufre por no serlo yo no dejo de enarcar una ceja preguntándome por el significado de todo ello.

La primera vez que leí Yerma tenía trece años y todavía estaba en el colegio. Creo que tuvimos que leerlo para la clase de literatura. Y ya hubo algo que se me movió dentro. No sabría explicar qué, ni obviamente lo supe entonces. Después, durante años, la obra ha estado persiguiéndome de manera casi imperceptible; sin embargo, no he conseguido verla representada, a pesar de que he estado a punto varias veces.

Ahora que he vuelto a leerla, catorce años después, la mitad de mi vida después, mi mirada, seguro, ya no es la misma. No he buscado, probablemente, las mismas cosas. Yerma languidece en su aldea junto a un marido al que en realidad no quiere porque anhela un deseo por encima de todo: un hijo (o imagino que una hija). Y cuando dice que quiere beber agua y no hay vaso ni agua o se pregunta si es preciso ver en el hombre al hombre nada más yo tiemblo.

Pero sobre todo, sobre todo, tiemblo al final, cuando declara, afirma, haber matado a su hijo. Pienso en Medea y en la condena de una libertad radical, liberación para ella, Yerma, del fantasma del hijo que la persigue y de la realidad del marido, la casa, la aldea. En la posibilidad de una liberación trágica, porque Yerma se condena con ella. Y lo sabe. Pero elige y actúa. Y desea. Y grita, exclama, habla, explica.

Mis ojos no son los mismos que leían hace catorce años. ¿Escribió Lorca toda la obra sólo para poder llegar a esa última frase, para dejar que Yerma avanzara un paso, más allá de donde nadie hubiera creído posible? Quizás no, pero, ¿qué importa? ¿Pertenece Yerma más a Lorca o a quienes hoy seguimos leyéndola y emocionándonos, pensándola e interpretándola? Ese es el juego; lleno de ambigüedades, de contradicciones y de fuerza.

He agradecido esa frase como pocas otras en todos los libros que he leído. Como le agradezco a mi profesora de lengua y literatura, haberme obligado a leer a Lorca, por primera vez, con trece años.

Y le agradezco al lenguaje, a las palabras; a las posibilidades que éstas nos brindan, siempre a un solo palmo pero nunca completamente resueltas.

martes, 24 de noviembre de 2009

Marchita Yerma

"Marchita, marchita, pero segura. Ahora sí que lo sé de cierto. Y sola. Voy a descansar sin despertarme sobresaltada para ver si la sangre me anuncia otra sangre nueva. Con el cuerpo seco para siempre. ¿Qué queréis saber? No os acerquéis, porque he matado a mi hijo. ¡Yo misma he matado a mi hijo!"


(Federico García-Lorca, Yerma, Cuadro Último).

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Hago bailando

Hago
bailando
lo que se hace, lo que se hará




(André Breton, Manifiesto surrealista, 1924)

lunes, 9 de noviembre de 2009

Inventario de teatro

He pensado en hacer un inventario de las obras de teatro que voy a ver o que, de algún modo, pasan por mi vida. Por diversos motivos, algunos de los cuales no vienen al caso, este año está siendo para mí un año de teatro. Quién sabe. Algunas razones llevan a otras, a veces por motivos y caminos que ni siquiera son conscientes. Y encuentras cosas cuando ni siquiera sabías que las estabas buscando.

Este último año he ido mucho al teatro. Y ahora, lentamente, el teatro está empezando a colárseme por agujeros insospechados. Las cosas fueron más o menos así:

-"Hamlet" (Tomas Pandur, Matadero de Madrid, Febrero 2009). Pobablemente lo vi en las peores condiciones para verlo. Tengo la sensación de que se merecía más, y fui capaz de sacarle muy poco. Ojalá tuviera la oportunidad de volver a verlo. Pero así es el teatro; incierto y efímero. Y así nos gusta. Recuerdo la sensación de frío, yo creo que intencionada, con el escenario rodeado de agua. La recreación de un Hamlet con cuerpo de mujer, algo que todavía me emociona profundamente. Blanca Portillo, como siempre, soberbia; y también algunos otros actores del reparto. Seguramente, aunque esto es algo que aprendí justo entonces, debería haber releído a Shakespeare antes de ir a verla.

-"Tito Andrónico" (Andrés Lima-Animalario, Matadero de Madrid, Agosto 2009). Sangre, violencia, venganzas, asesinatos, violaciones... Otra vez pude comprobar la versatilidad del espacio del Matadero. Y también el buen hacer de algunoas/as, como Alberto San Juan, sobre el escenario. Quizás lo que más recuerde sea la sensación de horror ante el esperpento de un retrato del alma humana muy, muy salvaje (y creo que también muy necesario).

-"Medea" (Tomas Pandur, Teatro Romano de Mérida, Agosto 2009). Ya dediqué una entrada completa a hablar del tema (http://lamujerquemedelaganadeser.blogspot.com/2009/08/medea-portillo.html), aunque podría dedicar muchas más. Blanca Portillo y su Medea significaron más que cualquier otra cosa que yo haya visto nunca sobre un escenario.

-"Años 90, nacimos para ser estrellas" (La Tristura, Teatro Pradillo, Septiembre 2009). Me gustó la puesta en escena, muy, muy sencilla (sólo dos actrices, suelo de pizarra negra, prácticamente ningún objeto sobre el escenario). Una primera escena, donde una de las actrices venda a la otra (las dos interpretan personajes masculinos). Y una muy buena banda sonora. A nivel personal, fue la primera vez que fui sola al teatro; eso hizo que todas esas sensaciones -de pudor, de ansiedad... y de muchas otras cosas a las que casi no puedo ponerles palabras- se acentuaran. Y probablemente, y no por otra cosa sino por eso mismo, marcó el principio de una nueva época.

-"Fedra" (José Carlos Plaza, Teatro Bellas Artes, Septiembre 2009). Un buen ejemplo de teatro clásico, en todos los sentidos, creo yo. El texto: el amor, la traición... me pedían una vuelta de tuerca, algo que me lo explicara de nuevo, aquí y ahora. Y no la encontré por ningún lado. Lo mejor: Alicia Hermida.

-"La casa de Bernarda Alba" (Lluís Pasqual, Matadero de Madrid, Octubre 2009). Esta vez las gradas de asientos estaban enfrentadas y, en medio, el escenario, rectangular, con velos blancos que subían y bajaban y lograban una luz que no podía ser más lorquiana. Muy bien, muy bien Núria Espert. Me quedo, además de con la luz, con el efecto de tener que enfrentarte a tu propia existencia en la función, como expectadora frente a otras y otros. Desde luego, no cómodo; pero, ¿cuándo es cómodo el teatro?

-"Hey Girl!" (Romeo Castellucci, Teatro María Guerrero, Octubre 2009). También escribí ya sobre ésta (http://lamujerquemedelaganadeser.blogspot.com/2009/10/che-posso-dire-que-puedo-decir.html). Me sorprendió, sobre todo, por las cosas que pasaban, por los cambios, de los que apenas te dabas cuenta, pero que eran constantes. El olor, que nunca había jugado para mí un papel en el teatro. Y fue la constatación de cómo lo desagradable, lo que no apetece ver, ni oír, ni sentir (lo estridente, lo destructor) también se cuela, debe colarse, en un escenario.

-"La casa de la fuerza" (Angélica Liddell, Matadero de Madrid, Noviembre 2009). Aún estoy digiriéndola (cinco horas y media no se digieren tan rápido). Creo que tiene líneas muy acertadas, un buen tratamiento del tema de la violencia contra las mujeres, sin tapujos, y también, posiblemente, del del amor -tengo la sensación de que me perdí cosas, pero dada la duración creo que era inevitable-. Tengo algunas dudas sobre el final -no muchas, sólo algunas-. Y mis ojos se siguen abriendo como platos cuando recuerdo ciertas escenas: los cortes con una cuchilla y la extracción de sangre a dos de las actrices (sí, es posible hacer un análisis de sangre sobre un escenario, al parecer, durante cuatro noches seguidas).

Y así seguimos. Porque aún faltan dos meses para que acabe el año, y, como he visto, cronológicamente, la cosa sigue un orden progresivo.

Alguna explicación debe de tener. El teatro me coloca siempre frente al hecho de estar o de ser, de alguna manera, en el mundo. Quizás la búsqueda sea descubrir qué se es o cómo se está, sea lo que sea. Por eso no es cómodo, ni tranquilizador; no es para cobardes. Me siento expuesta, sin poder esconderme; es la vergüenza, el pudor, el miedo ante lo efímero, ante la incertidumbre, el cambio, el movimiento, el juego, el baile. Niezsche escribió sobre la tragedia, y en Grecia probablemente ya eran conscientes de esto. Por eso el teatro se ha considerado a veces peligroso; porque pone al descubierto el fondo resbaladizo de la llamada vida real (y también de la llamada alma humana). Lo hace jugando, claro, pero eso no significa que el fondo resbale menos. Funciona como una especie de espejo, a tiempo real, y por eso es tan brutal; no hay donde esconderse, ni excusas que valgan.

Pero el juego es, al mismo tiempo, dulce, porque es emocionante y nos permite crear, descubrirnos, descubrir. ¿Y... quién querría renunciar a eso?

viernes, 6 de noviembre de 2009

Otra lapidación

Dejo el enlace a la campaña de recogida de firmas de Amnistía Internacional para evitar la lapidación de una mujer en Irán, acusada de "adulterio dentro del matrimonio".

http://web.es.amnesty.org/iran-lapidaciones/

Hace unos meses la noticia de la lapidación de Aisha Ibrahim Dhuhulow , a manos de los "Señores de la guerra" nos ponía los pelos de punta porque ya era tarde para tratar de hacer nada. Ahora, quizás todavía no lo sea.

jueves, 29 de octubre de 2009

De cuerpos y culpas

¿Sabes, esa sensación cuando terminas de leer un libro y sientes que no puedes cerrarlo del todo, que algo en tu interior se resiste a colocarlo en la librería y dejarlo allí, entre el resto de libros que en otro momento han significado también algo?

Ayer terminé de leer Su cuerpo era su gozo, de Beatriz Gimeno. No recuerdo qué hora era exactamente cuando eso ocurrió, pero seguro que más de las dos de la madrugada. Sé que leí, y leí, y leí, y que no pude parar hasta acabar la última página. Nunca me había puesto tan nerviosa, ni había sentido tanta angustia, leyendo un libro. Nunca había llorado -por más que sé que eso es corriente, y a todo el mundo le pasa, pero a mí no, hasta ahora- leyendo.

La novela es un espectacular retrato de las idas y venidas -o de las idas, más bien, sin retorno- en las vidas de dos mujeres que se aman y se desean en unos años en los que eso estaba tan prohibido que no podía siquiera ser nombrado.

Creo que es una de las novelas más duras que he leído en toda mi vida. La suerte quiso que la semana pasada, justamente, viera por casualidad en la tele un reportaje sobre el consultorio radiofónico de Elena Francis en el que se leían muchas de las cartas y preguntas, y también de las respuestas que el statu quo del franquismo daba a las cuitas de las mujeres españolas del momento -mujeres en su mayor parte-. Y cómo duelen esas respuestas, o por lo menos me dolieron a mí. Cómo duele comprobar todo el daño que se ha hecho, el daño menudo y cotidiano, que no es ya el de los bombardeos o las ejecuciones en las tapias de los cementerios. Es el daño moral, el daño que causa el miedo, un miedo inmenso que garantizaba el mantenimiento del poder sobre las conciencias y los actos de la gente corriente.

Y pienso que uno de los grandes aciertos de la novela de Beatriz Gimeno es el relato de la represión, no sólo externa, sino interna o propia. Es decir, la que todas llevamos a cabo en contra de nosotras mismas, de nuestros cuerpos, de nuestro deseo y de nuestras vidas. Probablemente no haya nada tan insidioso, ni tan difícil de curar, porque nos corroe por dentro al tiempo que nos constituye, que nos hace ser lo que somos, y es difícil renunciar a eso.

La culpa es difícil, muy difícil de explicar. Porque es resbaladiza, se cuela sin que apenas lo notes, y después lo destruye todo, sin dejarte respirar, sin permitirte actuar: "La culpa que le mostraba a su padre solo, a su madre triste y vieja; la culpa que le hacía regresar al pueblo, a los años en los que su padre volvía a casa con las manos destrozadas de trabajar en el campo, con la camisa oliendo a rancio y a sudor viejo, y después en el mar, con las manos igualmente enrojecidas de trabajar el pescado. La culpa que le mostraba a su madre agotada de tanto lavar y trabajar, sólo para que ella pudiese estudiar; la culpa por haberles desilusionado, por no haber sido lo bastante buena para ellos, la culpa por haberles abandonado" (p. 194). La culpa por vivir, por sentir, por tratar de ser o de querer algo distinto a lo que estaba ahí desde el principio; por querer, no ya tener, sino habitar y disfrutar del cuarto propio.

Esa es la fuerza de Luz Ortega. Una fuerza que nace del cuerpo, de la vida, del placer que ella, íntimamente, no puede borrar del todo, ni en los peores momentos: "Ellas también habían tenido esos fogonazos, al principio muy a menudo, al final cada vez más esporádicamente, y habían estado siempre relacionados con sus cuerpos, aunque a Ali no le gustaba que Luz lo reconociese, lo formulase siquiera, que sus cuerpos juntos habían sido de los pocos momentos de felicidad plena que habían compartido, pero así era y como era no se podía negar y Luz no lo hacía porque no le gustaba engañarse y porque, además, lo sabía de sobra y le gustaba saberlo, que sus cuerpos, a pesar de todo, habían sido felices y, a ratos, muy felices" (p. 221). Supongo que de esa certeza nace el propio título del libro.

Y supongo que por eso lloré, y aún lloro por dentro. Nosotras tenemos, seguramente, la responsabilidad, la exigencia moral de gozar, de ser felices con nuestros cuerpos y nuestros deseos. Se me ocurre eso. Por todas las Luces y las Alis que han existido y aún existen. Tenemos que ahogar la culpa, y el miedo, y permitir que nuestros cuerpos sean, de una vez por todas, nuestra casa, nuestro cuarto, nuestro gozo.

lunes, 26 de octubre de 2009

A propósito de Ágora

Me cuesta mucho ser crítica con la creatividad ajena. Empatizo bien con la sensación de haberte desnudado y con lo duro que puede ser recibir pedradas. No digo que no sea justo; si te desnudas debes asumir las pedradas con entereza -por mucho que duelan-; imagino que es parte de la responsabilidad que conlleva el haberte desnudado. Entiendo eso, pero no puedo dejar de sentir lo terrible que es estar desnuda recibiendo pedradas. Así que, aunque creo que puedo ser bastante rigurosa cuando opino sobre política, sobre religión u otras cosas, me cuesta mucho, muchísimo ser crítica con las muestras de creatividad ajenas.

Así que diré que el sábado fui a ver Ágora, la última película de Alejandro Amenábar. Que siempre espero con ansiedad las nuevas películas de Amenábar (creo que su ópera prima, Tesis, marcó un punto de inflexión en el cine español).

Que me encanta Rachel Weisz, y que a medida que se está haciendo mayor me está gustando todavía más.

Y también diré que en la película hay una escena que me cautivó por encima de otras muchas que yo haya visto en los últimos tiempos. Hipatia es pretendida, casi a lo largo de toda la película, por su alumno Orestes, que aprovecha un espectáculo teatral para ofrecerle una muestra de su música a su amada, en quien él dice haber encontrado el equilibrio, la armonía, la perfección y otras tantas cosas por el estilo que a lo largo de la historia se han dicho sobre las mujeres. Hipatia aguanta el tipo mientras él toca, delante de todo el mundo. Al día siguiente, cuando están en clase, ella dice que, como devolución del obsequio, tiene algo para Orestes: y le da a éste un pañuelo blanco. Cuando Orestes coge el pañuelo se da cuenta de que está manchado de sangre. Y entonces oímos la explicación de Hipatia: es la sangre de su período. Hipatia reta a Orestes a seguir manteniendo su teoría sobre la armonía y la perfección femeninas. Le reta, y al tiempo que lo hace, le lanza, creo yo, un órdago a la historia; a los largos siglos de historia misógina, y de poesía misógina, y de enamorados misóginos que suben a sus amadas a pedestales alegóricos y misóginos donde las mujeres no tienen regla, ni cometen errores ni son siquiera humanas. Ese recordatorio de Hipatia, esa advertencia, me pareció de lo más potente, inteligente y sagaz que he visto en cine.

Y no diré más. Porque, como digo, me cuesta demasiado decir más. Me quedo con esa escena que, no crean, me parece mucho; más, cuanto más pienso en ella.

Saludos.

jueves, 22 de octubre de 2009

Metro y agresiones

Esta mañana me ha impactado la noticia de la mujer a la que tres individuos tiraron a la vía del metro, en diciembre del año pasado (http://www.elpais.com/articulo/madrid/mujer/denuncia/Metro/fue/agredida/arrojada/via/elpepiespmad/20091022elpmad_2/Tes). Ahora ella ha denunciado a Metro de Madrid (que vuela, sí, a veces demasiado). El vídeo me ha puesto los pelos de punta. Toda esa polémica sobre la colocación de cámaras de seguridad en distintos puntos de las ciudades va a convertirse en un pasatiempo sin sentido si, como en este caso, resulta que no hay nadie al otro lado, comprobando las grabaciones.

Las vías del metro siempre me han parecido zonas oscuras y peligrosas; es donde la gente se lanza cuando quiere terminar con todo. La verdad es que nunca me ha gustado el metro; la posibilidad de que alguien te empuje y te tire del andén no contribuye a que cambie de idea.

Espero que esos tres hombres reciban una buena condena por lo que hicieron. Y que Metro de Madrid también pague, por lo que no hizo y debió hacer.

¿De dónde procede la seguridad ciudadana, finalmente? Mientras veía las imágenes del vídeo revoloteaban algunas ideas por mi cabeza, sin terminar de cobrar forma: agresión sexual (¿por qué seguimos ultilizando expresiones imprecisas como la de "intentar propasarse"?), violencia contra las mujeres, autodefensa feminista...

Sé que el año pasado hubo otro caso similar en el que un hombre también fue arrojado a las vías. Pero apuesto a que él no fue agredido sexualmente antes de eso.

La autodefensa es la herramienta feminista que trata de lograr el empoderamiento, y por lo tanto, la seguridad de las mujeres ante situaciones de este tipo. Situaciones de agresión que se basan en el simple hecho de que las víctimas son mujeres. No sé si en este caso en concreto, pero muchas de esas agresiones se basan en la idea de que las mujeres no van a responder a las mismas. Llegará el día en que sí haya una respuesta, y ese día el mundo girará en sentido contrario...

viernes, 9 de octubre de 2009

Che posso dire? (¿Qué puedo decir?)

Vuelvo de ver Hey girl!, en el María Guerrero, de un autor italiano llamado Romeo Castellucci. Es una experiencia rara. Teatro para sentir más que para pensar. Sólo que yo, para variar, no puedo dejar de pensar nunca.

Sensitivamente, es como un viaje a las profundidades de la existencia humana; aún tengo ese olor metido en la nariz y no consigo sacármelo. Tiene imágenes potentes; texturas, luces, trasparencias. Y ruido, mucho ruido (además de silencio).

Tengo algunas dudas sobre cierta misoginia de fondo -las palabras, la capacidad simbólica, ¿es sólo masculina?- pero ha habido metáforas muy acertadas, en mi opinión: Romeo y Julieta, o sea, el amor en medio del paisaje de la lucha, la destrucción y la intolerancia; o esa última imagen masculina invertida; o la alternancia entre las dos actrices.

Y he visto cosas alucinantes de ver sobre un escenario: el juego de las máscaras, el material que se derrite durante toda la función, cosas que aparecen y desaparecen, delante de tus narices, sin que te des cuenta.

En realidad, es una obra bastante desagradable. Pero me da la sensación de que pretende serlo. La palabra 'destrucción' no dejaba de rondarme. Y la destrucción tiende a no ser amable a los sentidos; ni sobre un escenario ni en ningún otro sitio. El ruido que no cesa, el olor de la podredumbre de la historia, nuestra historia, las palabras repetidas, a toda velocidad, evidenciando la profunda incomprensión entre los seres humanos.

No sé. Como digo, no consigo dejar de pensar nunca. A lo mejor por eso escribo.

jueves, 8 de octubre de 2009

Cookies


lunes, 5 de octubre de 2009

Cosas que me salvan de la quema

Las amigas. Las hermanas. La charla. Las ideas. La fuerza. El deseo. Crecer. El poder. El amor. La música. Llorar. Creer. El sí. El no. Escribir, siempre escribir. Leer, comentar, criticar. Andar. Flotar. Fluir. Bailar. Yo. Tú. Él/Ella. Nosotras. El teatro. La política. Palabras ya escritas. Palabras por escribir. El futuro. Las posibilidades. El vino. Hablar. Explicar. Reír. El ruido. La paz. El silencio. Gritar. Golpear. Sentir. Hacer. Mi cuerpo. Recorrer. Ver. Viajar. Besos. Respirar. Crear. La libertad. Un orgasmo. Imágenes. Suspiros. Enrojecer. Temblar. Sonreír. Dormir. Los burritos. El chocolate. Pasear. Contar. Los amigos. El perdón. El olvido. Llorar riendo. Luchar. Reír llorando. Mi blog. Pensar. No pensar. Dentro. Fuera (out).

Bailar, bailar, bailar...

martes, 29 de septiembre de 2009

Tiempo para el feminismo

Acabo de volver de Toledo, donde he asistido a la segunda edición de la Escuela de Pensamiento Feminista "Unas y otras". El tema de este año: "El tiempo: miradas desde el feminismo. ¿Es sexista el uso del tiempo?"

Mi labor ha consistido en presentar las conclusiones del foro que se organizó previamente en Internet (http://unasyotras.com/?p=100). Pero lo más importante, como siempre, ha sido el encuentro con amigas y compañeras, antiguas y nuevas. Un lujo poder conocer a Marcela Lagarde, a quien me he encontrado después en la Librería Judía (al parecer, según me he enterado, la Librería Judía de Toledo es la primera que se abrió en España después de que la comunidad judía fuera expulsada); la conferencia de Mª Ángeles Durán, que, por lo que escuché ayer, es una de esas personas SABIAS con mayúsculas cuyo discurso siempre, siempre debe de enganchar a quien tiene la suerte de poder escucharla; poder compartir mesa redonda con Mª José Sánchez, de Ciudad de Mujeres (http://www.ciudaddemujeres.com/Matriz/Index.htm) y con Carmen Castro (http://singenerodedudas.com/ y http://www.lopersonalespolitico.com/), a quien sigo desde hace años en la red y tenía muchas ganas de conocer.

Creo que el tiempo es algo que nos preocupa; es justamente la variable que permite entender cuáles son los principales retos que nuestras sociedades deben enfrentar para hacerle justicia a los niveles de desarrollo que tanto pregonan. El reto no es otro que un cambio de modelo social, económico y político hacia un mundo más justo y sostenible, con una forma de productividad y de trabajo distinta, más acorde con los deseos y expectativas de mujeres y hombres.

Como una de las foreras dijo, el tiempo es algo transversal en nuestras vidas; nos constituye -somos tiempo- y las vertebra a través de cada uno de sus instantes. Por eso permite observar tan bien las desigualdades que todavía existen. Y por eso es una de las variables idoneas para introducir la perspectiva de género en ellas.

Mi mesa trataba de cyberfeminismo, una etiqueta con la que hasta hace muy poquito no me he identificado, pero que en realidad no se refiere sino al uso de las nuevas tecnologías de la comunicación por parte del feminismo. Esto de las etiquetas es raro, y ya sabemos que no funciona -o no debe funcionar- sino por autoadscripción voluntaria. Así que sí, soy cyberfeminista. Y cyber-muchas otras cosas, en realidad.

Ahora me siento agotada. Pero también muy feliz.

lunes, 31 de agosto de 2009

Medea / Portillo

¿Hay algo mejor que ver a Blanca Portillo batiendo huevos con la fuerza, la rabia y la tristeza de Medea?

Cuando leí la obra de Eurípides, hace unos meses, pasé un tiempo torturándome con la gran pregunta: ¿por qué mata a sus hijos? Me impresionó la oscuridad de la obra y la fuerza de su personaje protagonista.

El sábado por la noche, viendo a Blanca Portillo sobre el escenario, recordé la terrible escena de El Hundimiento (Der Untergang) -terrible, sobre todo, en tanto que real- en la que Magda Goebbels, esposa del ministro de propaganda nazi, asesina a sus seis hijos antes de suicidarse junto a su marido tras la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial.

Creo que se ha escrito mucho sobre Medea. Se la ha considerado un personaje monstruoso, un ejemplo más de la maldad femenina. También un ejemplo de la liberación de la mujer, de las ansias de libertad, de la autonomía afirmada -qué duda cabe- por una vía trágica.

Víctima y asesina; frágil y fuerte. La Medea del último Festival de Teatro de Mérida, que concluyó sus representaciones ayer mismo, dirigida por Tomaz Pandur (con quien definitivamente necesitaba reconciliarme), ha conseguido dibujar con pinceladas contemporáneas una de las grandes tragedias de todos los tiempos. Una Medea sin voz, al principio, que busca desesperadamente encontrarla para poder gritar, bramar su historia, la historia de su traición, de su abandono. Y que la grita; ganando fuerza, libertad, a medida que la obra avanza. Y la pregunta sigue abierta, en el fondo del escenario: ¿por qué matas a tus hijos?

¿Quién, sino Blanca Portillo, podría respondernos a ella sin ampararse en justificaciones? Cuando la obra llega a su final culminante, cuando la tragedia ya está consumada, la Medea víctima seguía pareciéndome más presente que nunca; incluso riéndose de Jasón, cerveza en mano, con esa estética tan decadente de caravana destartalada. Medea víctima, sí, pero nunca inerte. Siempre activa, siempre fuerza.

¿Hay algo mejor que ver a Blanca Portillo batiendo huevos con la fuerza, la rabia y la tristeza de su Medea? Creo que no. El sábado por la noche, en el Teatro Romano de Mérida, descubrí que no.

Gracias.

jueves, 27 de agosto de 2009

Familia(s)

"Ruedo películas desde hace más de 20 años y en ellas una familia siempre es un grupo de personas en cuyo núcleo hay una esencia de la que todos se ocupan".

Encontré esta cita de Pedro Almodóvar, en una entrevista concedida al periódico alemán Die Zeit, hace varias semanas. Ahora que he vuelto a releerla me emociona el acierto de la definición.

No me gusta la palabra "esencia" porque siempre me hace pensar en la inmovilidad o inmutabilidad que tradicionalmente se ha enunciado de cosas que, como la familia, están en permanente movimiento o proceso de transformación. Incluso dentro de una misma familia las cosas, las relaciones y los afectos, rara vez permanecen idénticos a sí mismos. Pero por el contexto en el que discurrían las palabras de Almodóvar creo que entiendo lo que quiere decir; quizás yo no hablaría de esencia, pero sí de estructura, de relaciones, etc.

Lo he vivido. Lo hemos vivido. Si algo tiene el tema de la familia es que, en mayor o menor medida, con el viento de cara o en contra, todas y todos hemos tenido, disfrutado y sufrido con ella. Da igual que esa familia se origine en lazos biológicos o no; hay personas que tienen una asombrosa facilidad para componer familias basadas en otro tipo de conexiones. Redes de apoyo, de afecto. Y también de límites; ¿qué haríamos sin los límites?

La familia es el tema. El tema por excelencia. De donde sales y adonde vuelves. En lo personal, en lo político. Cuando escribes, cuando creas, cuando destruyes. No se trata de acoso o persecución, sino de aquello que no puedes evitar que te constituya, aunque, en ese ejercicio de constitución ya vaya de suyo la necesidad de lucha, de contestación.

Es aquello que amas, aquello contra lo que luchas. Lo que te protege y te cuida, pero también te destruye. Lo que te hace ser -en sentido más o menos tenue-, y contra o frente a lo que eres.

Hemos vertido ríos de tinta sobre ello. "La identidad personal es el logro frágil de criaturas necesitadas y dependientes cuya capacidad para desarrollar una biografía coherente a partir de las voces y perspectivas múltiples, opuestas, y a menudo irreconciliables de la infancia, debe ser cuidada y protegida", escribe Seyla Benhabib. "Familia, os odio", enunció Sartre. "Hay que matar al padre", dijo Freud. Y a la madre.

Estoy tan de acuerdo con Almodóvar. Siempre he entendido que la familia era una especie de red, un complejo con sus indiosincrasias de cuyo sostenimiento todos sus miembros debían ocuparse en la misma medida. Lo que no significa que las relaciones hayan sido siempre simétricas. Cuando alguien deja de ocuparse del sostenimiento, de la redefinición de esas relaciones, es cuando la familia se tambalea. Pero eso nada tiene que ver con quiénes la forman o por qué.

Nadie se libra del juego. Y este juego no es para cobardes. A veces, es casi una cuestión de supervivencia. Se trata de saber quién eres, qué eres, y quiénes son los otros y las otras, quienes te rodean y te influyen, lo quieras o no. De este ejercicio vital de autoconstitución, de búsqueda de la propia identidad, o de las muchas identidades que componen a un ser humano concreto, nadie logra desentenderse. Lo he vivido, lo vivo, cada día. Y es algo bello y algo terrible, al mismo tiempo.

jueves, 6 de agosto de 2009

A las trece rosas

Ayer se conmemoró el 70º aniversario del asesinato de las denominadas trece rosas por parte del régimen franquista. Gracias a un libro y a una película, a estas alturas casi todo el mundo se halla familiarizado con este triste capítulo de nuestra historia.

La madrugada del 5 de agosto de 1939, después de la victoria franquista en la Guerra Civil, el fusilamiento de trece mujeres (varias de ellas menores de 21 años) pertenecientes a Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y al Partido Comunista de España (PCE), después de ser condenadas a muerte por "adhesión a la rebelión" contra el orden de la nueva España (http://www.elpais.com/articulo/espana/Homenaje/rosas/aniversario/fusilamiento/elpepuesp/20090805elpepunac_6/Tes), ha permanecido como uno de esos ejemplos del salvajismo de nuestra memoria histórica.

No me gusta el fenómeno que hechos como este provocan, consistente en enfocar demasiado la cuestión en nombres y personas muy concretas. No es que este asesinato en concreto sea más terrible que los demás (además de que la denominación de "rosas", creo, puede funcionar como un eufemismo sexista más). Pero es justo que se recuerde, y que los hechos que recordemos tengan nombres y apellidos. No ha pasado tanto tiempo; a día de hoy, las heridas siguen abiertas en el seno de muchas familias. Las víctimas eran seres humanos que tenían nombres y apellidos.

Hoy, que a comienzos de agosto nuestras grandes preocupaciones son las de no pillar atasco en la operación salida, resulta extraño pensar que no hace tanto que ocurrían, aquí mismo (en el madrileño cementerio de La Almudena), cosas como esta.

De modo que quisiera sumar esta breve entrada al conjunto de actos, palabras y recuerdos destinados a no dejar olvidar la memoria de quienes, ayer mismo como quien dice, fueron obligadas a desaparecer.

No es extraño querer olvidar. Lo raro es poder.

lunes, 3 de agosto de 2009

Días extraños

Quiero dedicar las primeras líneas de esta entrada a condenar de manera frontal el atentado del sábado en Tel Aviv, contra homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales, y en el que perdieron la vida un joven de 26 años y una joven de 16.

Recién llegada de viaje, la semana pasada transcurrió para mí en un semi limbo de felicidad. Por desgracia, en los últimos días la bajada a la realidad no se ha hecho esperar.

En primer lugar, ETA nos ha dado unas jornadas bastante intensas, seguidas de toda la polémica sobre su denominación como "grupo separatista" por parte de la prensa anglosajona. Y lo son; grupo separatista, me refiero. Lo que ocurre es que conozco a muchas personas partidarias del separatismo que no apoyan lo que ha pasado en Mallorca. Bueno, ni eso ni lo de (prácticamente) los últimos 50 años (o por lo menos desde 1975). Así que estoy de acuerdo en que su denominación fundamental es la de "grupo terrorista", porque es eso lo que le distingue de todas aquellas personas (vascas o no) que, aun deseando la independencia de Euskadi, no abogan por formas violentas para lograrlo. Esto último es una debilidad democrática: aunque ahora sea (obviamente) una quimera, estoy convencida de que el fin del terrorismo etarra vendrá de la mano del diálogo y la negociación en días menos extraños que estos.

Para continuar, me entero de lo del atentado en Tel Aviv. Me resulta inconcebible que un individuo se crea en el derecho de encapucharse, coger una pistola e irrumpir en un club LGTB liándose a tiros con el personal. Pero, por lo visto, en Israel hay partidos mayoritarios cuya ideología alimenta esta violencia extrema. En realidad, no sólo en Israel. Las ideologías que invitan al odio, a la intolerancia y a la violencia me parecen execrables allá donde se produzcan, y cuando pasan cosas como esta es fácil que cunda el desánimo. También es posible, y espero que así suceda, que el activismo y la lucha pacífica se afiancen y progresen con más fuerza; deseo que así ocurra, y que las personas LGTB de Israel encuentren el apoyo de toda la comunidad internacional.

Finalmente, y aunque salvando las distancias, acabo de leer que el Tribunal de Justicia de Valencia ha archivado la causa de cohecho contra Francisco Camps. Es que todo son buenas noticias. Me pregunto por qué me tomaría yo tanto trabajo esperando para regalarle una caja de bombones a mi directora de la tesina, después de que pasaran las notas de las actas. Hay quien no se sonroja (pero nada) a la hora de hacer/recibir regalos; no me extraña, con los Tribunales dándote palmaditas en el hombro sería síntoma de estupidez mental (o de honradez...).

En fin. Días extraños estos de comienzos de agosto. Terribles, incluso, en algunos sentidos. Como dice una canción alemana: "Tage wie dieser... kommen nie wieder..."*

Saludos.

* "Días como estos no volverán" (esperemos). Lo canta Juli.

jueves, 30 de julio de 2009

viernes, 17 de julio de 2009

Honduras: Feministas en resistencia

Hola

Me han enviado unos vídeos que muestran la lucha que, desde hace varias semanas, mantienen feministas hondureñas contra el golpe de Estado.

Es sorprendente la forma en que el lenguaje político legitima la violencia a veces, normalizando unos hechos que deberían provocar mucho más rechazo. El golpe de Estado en Honduras no ha generado una guerra civil inmediata y, aunque se ha encontrado con la condena y el rechazo de la comunidad internacional, en el interior del país parece empezar a imponerse una atmósfera de pretendida normalidad que no es sino una engañosa manera de legitimar la violencia de un régimen que, por su génesis, siempre será antidemocrático.

Dejo el enlace a dos de los vídeos:

http://www.youtube.com/watch?v=UXLeikI0tdg

http://www.youtube.com/watch?v=DjcHH5l9gv0

martes, 14 de julio de 2009

Soy goofy y algunas otras cosas más

Hola

Después de un mes de frecuentes actualizaciones tengo el blog un poco abandonado. Es que he estado haciendo algunas cosas. Por ejemplo, ocuparme de mi tesis doctoral, cosa que me parece casi un milagro después de tantos meses en blanco.

Este fin de semana he estado en Sopelana (Bizkaia), iniciándome en el misterioso arte del surf. La suerte ha hecho que prácticamente todo me haya salido gratis y que, además del surf, haya podido disfrutar de dos días de playa intensiva, de los colores y paisajes de Euskadi (donde no iba desde que era pequeñita, y de los que me he hecho fan) y también de dos gloriosos atascos al volante, para salir y entrar de Madrid (... por eso de que aquí no hay playa).

El surf. Resulta que soy goofy, lo que significa que surfeo (o surfearé, cuando lo haga) con el pie derecho delante del izquierdo. Al parecer no tiene que ver con ser diestra (de hecho, yo soy zurda para algunas cosas), y me ha hecho gracia por eso de las identidades como capas superpuestas; ahora tengo una más: soy goofy. Además, me falta forma física. Realmente duro lo de ponerse en pie sobre la tabla. Aunque, como detalle positivo, mejoré del primer día al segundo. Y me sobra entusiasmo. Así que aguantaré días de agujetas y volveré a intentarlo.

Me encantan las olas, ¿lo he mencionado? Me encantan. Son divertidas, te bañan sin que apenas tengas que adentrarte en el mar y te golpean con tanta violencia que sales del agua como si hubieras tenido que luchar cuerpo a cuerpo con el océano. Por eso adoro el Cantábrico.

Ayer seguía entre las olas, aunque en realidad ya estaba en Madrid. Por eso, por la tarde, me fui al cine. Vi una película francesa llamada "El primer día del resto de tu vida", y recomiendo a todo el mundo que vaya a verla. La verdad es que tenía mis dudas, porque hasta ahora no había visto ninguna película francesa que me hubiera gustado realmente; debe de ser un problema de ritmo (sí, soy una de esas escasas personas que odiaron "Amelie"). Pero esta me encantó. Trata sobre el primer día del resto de la vida de cinco personas pertenecientes a una misma familia. Así que el tema es ese: las relaciones familiares y los sentimientos y conflictos que éstas generan. Personajes humanos, con sus bajezas e incoherencias; y problemas cotidianos, con los que es fácil identificarse. El miedo al cambio, el choque de unos/as con otros/as, la madurez... Todo fluyendo, continuamente, (y golpeando, a veces, sin detenerse) como las olas.

Es que cada día es el primer día del resto de tu vida.

Ahora vuelvo a la tesis.

Saludos.

lunes, 29 de junio de 2009

Dubai y sus sujetos subalternos

¿Alguien vió ayer el reportaje de Callejeros Viajeros de Cuatro sobre Dubai? Yo sí. Lo vi, y sentí escalofríos. Nunca había visto este programa, que sigue la tónica de Madrileños y Españoles por el mundo, respectivamente de Telemadrid y TVE 1 (por cierto, ¿alguien podría explicarles a estos canales que las mujeres también viajamos y residimos en otros países? Aunque reconozco que, por una de esas curiosidades sexistas del lenguaje, la expresión 'callejeras viajeras' no suena muy bien).

Tal y como uno de los últimos entrevistados reconocía, en mitad de una fiesta y con bastante alcohol, aparentemente, circulando por sus venas, Dubai es una máscara. Es un lugar ficticio, hecho para el disfrute de unos pocos y unas pocas, mientras que el 80% (¡el 80%!) de la población (obreros pakistaníes, en su mayor parte), que es justamente la que ha hecho posible que la ciudad se convierta en lo que es -en lo que parece ser-, permanezca muy por debajo de los niveles de la pobreza, con sueldos de menos de 200 € mensuales, y viviendo en pisos-barracones donde el hacinamiento es el estilo de vida generalizado.

Mientras, el 20% restante, entre los que se encontraban las españolas y los españoles que Cuatro entrevistaba, o sea, los callejeros viajeros, disfrutaban -salvo escasas, muy escasas excepciones- de sus inverosímiles mansiones, piscinas, criadas filipinas, coches de combustible cuasi gratuito, hoteles aún más inverosímiles... y un largo etcétera de cosas por el estilo.

¿Cuál es la realidad de los Emiratos Árabes? ¿Libertad económica a cambio de Derechos Humanos? ¿Playas privadas de aguas cristalinas vs. pobreza extrema? ¿Gasolina gratis o mujeres veladas de negro (de la cabeza a los pies, en muchos casos)?

Sé que debo huir de las generalizaciones fáciles. Sé que lo que vi ayer sólo es la visión que el programa de Cuatro filtró a través de su cámara. Pero, aún así, hubo imágenes que dejaban poco lugar a dudas. Y, si nos atenemos al democrático criterio de las mayorías cuantitativas, la realidad de Dubai es, prioritariamente, la del 80% de su población desplazada.

Desplazada, ¿a dónde? Ayer por la tarde, curiosamente, leía sobre el feminismo postcolonial de una autora india llamada Gayatri Chakravorty Spivak, que habla de algo así como los sujetos subalternos. Es decir, aquellos que quedan desplazados a los márgenes, a la periferia, y que, en virtud de su precariedad, ni siquiera cuentan como sujetos, en términos de Judith Butler, que, en Vida precaria, una de sus últimas obras, se lamenta de cómo estas vidas no cuentan como vidas (y, por eso, la pérdida de las mismas, no genera siquiera derecho al duelo legítimo).

Por eso, imagino, Dubai puede ser concebido como una máscara, un señuelo. Aunque en realidad, muy en el fondo de nuestras conciencias, sepamos que la Dubai real es la de los millones de seres humanos que mantienen la ficción en pie; sin ellos y ellas, la gasolina no sería gratis (porque su valor habría sido redistribuido) y los restaurantes de los hoteles no tendrían vistas al fondo del océano.

Yo tenía un amigo que se lamentaba del complejo de culpa del llamado Occidente, según él, injustificado, ante cosas como esta. Quizás sea más saludable encogerse de hombros, ampararse tras el parapeto de la diversidad cultural y disfrutar de la vida. Si puedes.

lunes, 22 de junio de 2009

Mundos de Mujeres 2011

La próxima edición del Congreso internacional e interdisciplinar Mundos de Mujeres se celebrará en Ottawa-Gatineau, en Canadá, en julio de 2011.

Para quien no lo recuerde, la edición de 2008 de Mundos de Mujeres tuvo lugar en Madrid, en la Universidad Complutense. Yo tuve la suerte de asistir y de disfrutar de muchos de los debates, conferencias y actividades culturales que se organizaron durante sus seis días de duración.

Os dejo el enlace a la plataforma digital donde irán apareciendo las novedades sobre la edición de Canadá, las informaciones sobre la forma de participar y otras cosas relevantes relacionadas con el evento.

Yo no creo que pueda ir en 2011, pero a lo mejor a alguien le apetece y puede:

http://www.mundosdemujeres.ca/

¡Saludos!

miércoles, 17 de junio de 2009

Vagina


"'Vagina'. Ya está, lo he dicho. 'Vagina'... he vuelto a decirlo" (Ensler, E., Monólogos de la vagina, Barcelona, Emecé, 2000 [1996], p. 19).

Así, más o menos con esa palabra, da comienzo Eve Ensler a su obra Monólogos de la vagina, que tuve ocasión de ver representada en inglés, el año pasado, en Mundos de Mujeres, que después he leído traducida varias veces, y que ayer me dio pie a organizar e impartir mi propio taller. El tema: pues ese, la vagina.

Los objetivos de Ensler, y los míos propios, son poner de manifiesto una de esas características del lenguaje que llevo tanto tiempo repitiendo: la de su poder performativo. Si no nombramos las cosas es como si estas no existieran. No nombrar la vagina equivale a invisibilizar la sexualidad y el placer de las mujeres. Y, con ello, a reforzar los mitos, el secretismo, la vergüenza, el miedo, la culpa, el asco.

Así que Ensler propone que nos digamos la palabra, varias veces a lo largo del día. Hasta que lleguemos a acostumbrarnos a su significado y ya no nos produzca nunca más miedo, vergüenza o culpa.

En realidad, no es una invención de los Monólogos. Aunque haya que investigar un poco, el arte y la cultura cuentan con otros ejemplos anteriores. Estoy pensando en Judy Chicago, con The Dinner Party (1974-79), y también con Red Flag (1971), donde utiliza la menstruación (en concreto, la imagen de un tampón) como motivo artístico. Estoy pensando en Carol Schneemann y en sus performances. Y estoy pensando en Georgia O'Keeffe, probablemente precursora, y que a comienzos del siglo XX escandalizó con sus flores-vulvas (he incluido un ejemplo más arriba).

La vagina, el cuerpo, lejos de ser algo que produzca temor, puede ser reconcebido como lugar de empoderamiento para las mujeres. De ese modo, dice Ensler, "la vergüenza desaparece y las violaciones cesan porque las vaginas son visibles y reales, y están conectadas con mujeres poderosas, sabias, que hablan de sus vaginas" (Ibíd., pp. 23-24).

Hablando de la vagina, me ronda un motivo de preocupación: ¿cómo evitar caer en forma alguna de esencialismo sobre el cuerpo de las mujeres, sobre la vivencia de su sexualidad? ¿Cómo evitar las exclusiones que genera todo esencialismo? ¿Se puede reivindicar la vagina sin caer en un reduccionismo estéril para las propias mujeres?

Ayer una de mis alumnas me comentaba que quizás hablar prioritariamente de la vagina sea un efecto patriarcal más. Quizás la vagina no constituye el lugar prioritario de la sexualidad femenina, sino sólo un reflejo del placer masculino... Ensler dice que, en realidad, habla de la vagina porque no hemos inventado una palabra más amplia: ¿vulva, quizás? Hemos de reconocer que su uso no está muy extendido. Pero tal vez sí existan muchas otras palabras que reivindicar.

A vueltas con el esencialismo, tal vez lo mejor sea no buscar 'lugares ni palabras prioritarias'. Tal vez, la propuesta venga del respeto a la pluralidad de palabras, de voces, de deseos, de cuerpos, de vaginas... me imagino que todo ello podría dar lugar a algo así como diálogos de vaginas.

¿Divago demasiado? Me refiero a que es a través de ese diálogo hipotético, sobre sexualidad, sobre poder, sobre placer... como surgen las condiciones reales del empoderamiento femenino (o del tipo que sea). Respetando los diversos deseos, las diferencias... No empeñándonos en sustituir unos dogmas por otros nuevos. La mejor receta para no caer en idealismos es mantener los ojos y los oídos bien abiertos. Como cuando Judy Chicago habla de la menstruación en Red Flag, y en lugar de negar lo que es la menstruación (imagen: blancura; eslogan: '¿a qué huelen las cosas que no huelen?'), lo hace mostrándonos un tampón lleno de sangre (sí, la regla tiene color, y también olor).

Pero será por lo que sea, que adivino un buen comienzo en la propuesta de Ensler. Ella realizó más de doscientas entrevistas antes de ponerse a escribir los monólogos; en ellas, les pidió a las mujeres que le hablaran de sus vaginas. Por lo visto, las mujeres se mostraban cohibidas al principio, "pero una vez que se animaban, ya no había manera de pararlas" (Ibíd., p. 28). Será por eso. Por el poder que confiere el uso de la palabra; porque, como dice Eve Ensler, "la palabra nos mueve y nos libera" (Ibíd., p. 24).

Será por eso. Por eso: VAGINA.

lunes, 15 de junio de 2009

Nosotras decidimos

Aquí dejo el enlace de una plataforma digital sobre el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, con toda la actualidad social, política, jurídica, etc. sobre la cuestión:

http://nosotrasdecidimos.org/

Contiene un manifiesto a favor de la reforma legal, que pueden firmar particulares y asociaciones.

martes, 9 de junio de 2009

Performativity, Precarity, and Sexual Politics

Ayer por la tarde asistí a la conferencia de Judith Butler, en la Complutense. Estoy tan impresionada. No sólo porque poder oír a Butler en directo, después de haberla leído y estudiado, sea como aproximarse a una especie de mito. Supongo que Butler no estaría de acuerdo con esto, pero sí, su figura empieza a ser mítica dentro de la teoría feminista contemporánea; central, en cualquier caso. Así lo testificaron las muchas personas que se reunieron en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias de la Información, desde más de una hora antes de que la conferencia comenzara. Por cierto, mujeres mayoritariamente, pero también hombres (me imagino que como resultado de las implicaciones y relaciones de las teorías de Butler con el movimiento LGTB).

Además, desde mi punto de vista, Butler no decepcionó. Era algo que podía haber sucedido, pero su discurso, creo, estuvo muy a la altura de (por lo menos mis) expectativas.

¿De que habló? Pues de performatividad y precariedad, sobre todo. Tengo la sensación de que todo el mundo le pregunta siempre por la performatividad, quizás lo más llamativo de su teoría, y ella ayer aclaró que este concepto se encontraba más presente en sus obras de los 90. Ahora sus últimos textos hablan más sobre precariedad.

Para quien no haya leído a Butler, la performatividad se refiere a una característica del poder, que, así entendido, tiene la capacidad de crear sujetos. Gracias al poder sabemos qué cuenta como sujeto legible y qué no. El poder define quién cuenta como sujeto, qué cuenta como una vida (qué vidas, qué pérdidas son llorables, susceptibles de duelo). Y cuáles son los cuerpos que quedan excluidos; ahí es donde surge el concepto de precariedad. También, en la posibilidad que esos cuerpos, esas poblaciones precarias, tienen de subvertir el poder, de crear alianzas gracias a esa misma reproducción del poder, y cambiar las normas.

La reproducción o repetición de la norma, necesaria para la supervivencia de esta, es paródica, aunque ayer Butler no habló de parodia. Así, las identidades de género, por ejemplo, se construyen paródicamente, por medio de la repetición de la norma de género que dice qué es ser mujer y qué es ser hombre. Qué cuenta como sujeto femenino, qué cuenta como sujeto masculino. Es parodia, porque, en realidad, estas repeticiones son eso: meras repeticiones de la norma, que no reproducen ningún ideal; el original es una ilusión, no existe. Sólo existen las repeticiones, la parodia, y, con ello, eso sí, la posibilidad de subvertir la norma, de variar, de deconstruir los géneros.

La preocupación de Butler, ahora mismo, tal y como ella lo expresó ayer y por lo que he leído en sus últimas obras, se centra en las políticas que resultan de esa precariedad: ¿cómo hacer que la población sin voz tenga voz? Lo cual demuestra que su pensamiento evoluciona, que está vivo y que ha dado algunos pasos con respecto a sus desarrollos teóricos de los años 90.

Durante la ronda de preguntas posterior a la conferencia, se le interrogó en varias ocasiones por la cuestión de la diferencia sexual. Hace algún tiempo una amiga me comentaba que, por desgracia, en España seguimos ancladas en el problema de la diferencia sexual. No sé si la expresión es exactamente "por desgracia" o si, en cierto sentido, se trata de algo inevitable; la mayor parte de los debates a los que asisto todavía reproducen, en algún nivel, la vieja polémica entre igualdad y diferencia. La cuestión, como comentó Butler ayer, es que no podemos separar la pregunta por la diferencia sexual de los significados semánticos que le atribuimos, en cuanto empezamos a hablar de ella. Esa es nuestra paradoja; no somos el punto de vista del ojo de Dios, como teóricas feministas contemporáneas no podemos librarnos de nuestras mediaciones, proyecciones e interpretaciones.

En definitiva, fueron dos horas muy intensas. Le agradezco especialmente a Butler la capacidad para relacionar sus conceptos más teóricos con la cuestión de la ciudadanía (de cómo se construye esta). Y, como siempre, su rigor, su inteligencia, su agudeza y su valentía (no es muy habitual oír hablar del deseo de penetrar/ser penetrada en una conferencia universitaria).

También le doy las gracias al Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid por darnos la oportunidad de acercarnos un poco más a una Butler tan viva, tan polémica y tan necesaria.

miércoles, 3 de junio de 2009

La nueva ley del aborto II

Imagina que tienes 16 años, imagina que vives en un pueblo de Andalucía, o de Galicia, o de Castilla-La Mancha... Imagina que te gustó aquel chico... o no, que sólo quisiste pasar un buen rato. Imagina que te emborrachaste... o no, estabas sobria. Imagina que fue con tu novio... o con el novio de tu mejor amiga.

Ahora estás embarazada. No importa qué hicieras, cómo lo hicieras o por qué. Mereciera la pena o no, lo hiciste. Ahora estás embarazada. Pero sólo tienes 16 años; ¡16 años!

Piensas que si se lo dices a tu madre le vas a dar el disgusto de su vida. Sabes que si se lo dices a tu padre te va a echar la bronca de la tuya. En tu cabeza resuenan las palabras "sólo eres una niña". ¿Y la gente? La gente se enterará enseguida, y empezarán los rumores, te volverán loca...

A los 16 años no se puede estar embarazada. O sí. Resulta que sí.

A los 16 años no se puede echar un polvo. Pues sí. Resulta que sí.

¿Y ahora? ¿Qué haces? Le das vueltas, y más vueltas. Fuiste al médico, a uno desconocido, en el pueblo de al lado. Te explicó tus opciones y aunque en aquel momento sus palabras no eran más que sonidos huecos que golpeaban contra las paredes de tu cabeza, sabes que si no tomas una decisión lo antes posible perderás toda oportunidad de decidir nada.

¿Qué quieres? ¿Qué esperas? ¿Al próximo finde, cuando salgas y vuelvas a divertirte y puedas olvidarte de todo este lío? ¿Al verano, cuando puedas escaparte a la playa? ¿Esperas a que se produzca un milagro y todo esto desaparezca? Esperas a tener 18, y acabar el instituto; quieres ir a la universidad, irte a vivir fuera del pueblo; entonces serás mayor, podrás tomar una decisión más fácilmente.

Sólo que no puedes esperar tanto. ¿Dónde estarás dentro de dos años?

Ahora tienes 16 y echaste un polvo. Y estás embarazada. Dentro de dos años quieres marcharte del pueblo, matricularte en la universidad, trabajar...

Tienes 16 y estás embarazada. Aunque tu madre te diga que no, aunque tu padre no te mire a la cara... Tienes 16 y estás embarazada.

martes, 2 de junio de 2009

La nueva ley del aborto I

Para quienes se muestran escépticos/as sobre la salida adelante de la nueva ley de interrupción voluntaria del embarazo:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/izquierda/rechaza/exija/permiso/paterno/abortar/elpepusoc/20090602elpepisoc_4/Tes


Algunas estamos más que hartas de las medias tintas y de la legislación que no protege a las únicas personas a quienes se supone que debe proteger: las mujeres (incluidas, claro, las de menos de 18 años).

¡Saludos!

jueves, 28 de mayo de 2009

Medea II

Perece que no tengo, precisamente, el don de la oportunidad. Justo cuando la primavera está ya dando prácticamente paso al verano, voy yo y me acatarro. Y encima cuando me tengo que ir de viaje. En fin. ¿Qué puede fastidiar más que un catarro a pleno sol? Espero que este malestar vaya pasando.

Por lo demás, estoy emocionada: acabo de conseguir entradas para ver "Medea", a finales de agosto, en el Festival de Teatro de Mérida. Llevaba años queriendo ir, y por fin me he decidido. Ya era hora. ¿Por qué dejar para mañana lo que puedes hacer ahora (sobre todo si es algo agradable)?

Así que en agosto podré ver a mi adorada Blanca Portillo sobre el teatro romano de Mérida, convertida en Medea. Sólo tengo una duda: el montaje es de Tomas Pandur, el responsable del "Hamlet", de este año, en el Matadero de Madrid; espero y deseo que esta "Medea" me llegue un poco más.

¡Saludos!

miércoles, 20 de mayo de 2009

¡Judith Butler en Madrid!

Acabo de enterarme: parece que Judith Butler va a dar una conferencia en la Complutense, en Madrid, el próximo 8 de junio. Según la información que he recibido organiza el Instituto de Investigaciones Feministas de la Complu, y será en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias de la Información, a las 19h.

¡Qué emoción! Por si alguien no sabe de quién estoy hablando, Judith Butler es una -desde mi punto de vista, claro- de las autoras más importantes en teoría feminista, actualmente. Ha escrito algunas cosas bastante memorables como "Gender Trouble" y sus teorías han dado pie, en buena medida, a la llamada Teoría Queer. Su apuesta: deconstruir identidades normativas (como por ejemplo el género). He leído varias de sus obras pero son complicadas y siento que apenas he empezado a asomarme a nuevos horizontes.

Así que el próximo día 8 será una buena oportunidad para profundizar mejor en esos horizontes. El título de su conferencia: "Performativity, Precarity, and Sexual Politics". Y un consejo: o mucho me equivoco o me temo que en el sitio no cabrá ni un alfiler, así que habrá qe acudir con tiempo.

¡Saludos!

martes, 19 de mayo de 2009

Algo se muere en el alma

Algo se muere en el alma.

jueves, 30 de abril de 2009

Medea

¿Por qué mata Medea a sus hijos?

Quizás para que podamos preguntárnoslo durante el resto de la historia. Quizás para que, con esa pregunta, podamos enfrentarnos, una y otra vez, a la parte más oscura de nuestra existencia. Aquella menos clara, menos racional, difícilmente explicable.

¿Por qué mata Medea a sus hijos?

viernes, 24 de abril de 2009

Amalgama primaveral

La primavera no es, decididamente, el mejor momento del año para mí.

Pero, no obstante, no es que no me esté pasando nada en los últimos tiempos que me dé pie a escribir. Al contrario, puede que me estén pasando demasiadas cosas...

En fin. Esta mañana ha terminado el Congreso sobre cooperación y Derechos Humanos de las mujeres (esto último debería sonar redundante, pero, de hecho, es intencionado y no carece de sentido señalarlo) que ha celebrado Cruz Roja durante dos días. La verdad es que ha estado mejor de lo que esperaba; si bien es evidente que les queda mucho por hacer (y no quiero parecer sabionda), me ha dado una visión de Cruz Roja, con respecto a las cuestiones de género, bastante más positiva de lo que imaginaba. Desconfío bastante, a estas alturas.

Ha asistido gente interesante y he aprendido bastante en relación al enfoque de Derechos Humanos. Lo peor: la inauguración y la clausura (¡sobre todo la clausura!) a cargo de la Comunidad de Madrid; ¿nadie puede explicarle a Fernández Lasquetty (Consejero de Inmigración y Cooperación) que por mucho que su cargo sea político no está bien dedicar un discurso de estas características a echarse flores encima (y también encima de Esperanza Aguirre)? Como digo, desconfío bastante.

También he vuelto a tener la oportunidad de escuchar a Alicia Puleo hablando de ecofeminismo. Siempre resulta inspiradora. Pero sigo sin entender del todo la manera de casar ecología y feminismo sin caer en un pensamiento esencialista. Seguramente tendré que pensarlo más.

Parece que una nueva fase de mi vida está comenzando y los cambios proliferan a mi alrededor. Así que, entre la emoción y el vértigo, cuesta trabajo sentarse a escribir. La semana pasada volví a Barcelona y, una vez más, reitero que es una de mis ciudades favoritas para vivir en el mundo.

¿Qué más? Estoy retomando, a trompicones, mi tesis doctoral. Y pongo a dios por testigo de que la tesis nunca volverá a pasar hambre... je, je. Bueno, intentaré al menos que no pase tanta como en los últimos meses. Ideas, por favor, acudid a mí, ¡os necesito!

También me he apuntado a un curso on-line sobre lenguaje no sexista. Estoy bastante ilusionada porque hace tiempo que quería hacerlo y por fin he decidido que era el momento. Empieza el lunes y espero que merezca la pena todo lo que he pagado.

Por lo demás, el lunes comprobé lo que sucede cuando permaneces de pie durante varias horas en un acto político, en un lugar abarrotado de gente y con bastante calor. Parece que es normal que, después de un rato, la sangre deje de llegar bien al cerebro. ¿Cómo podemos estar tan mal hechas/os? Y yo que lamentaba no ser más alta...

Y este miércoles acabó "Acusados". Creo que ya comenté en otra entrada que estaba muy enganchada a la serie y en particular al personaje de Rosa Ballester. Me gustaría oír más opiniones, pero la verdad es que creo que la serie ha ofrecido algunos de los personajes femeninos más estimulantes de los últimos tiempos. Cuando terminaba de ver los capítulos, cada miércoles, tenía la esperanza de que las cosas empezaban a cambiar y de que las mujeres íbamos a dejar de ser representadas como los seres débiles/malvados/perfectos/angelicales/femmes fatales/hipersexuales a los que nos tienen acostumbradas. No es que Rosa Ballester careciera de contradicciones, que las tenía, pero creo que el hecho del poder es algo a lo que estamos demasiado poco habituadas. Ha sido inspiradora. Desde aquí mi agradecimiento a Blanca Portillo, que, de hecho, ya nos había regalado algunos otros personajes memorables, en este mismo sentido. ¡¡Gracias!!

Bueno, y como creo que es evidente que tenía muchas cosas que decir (más de las que pensaba; casi un mes sin escribir), y que no las he dicho de manera muy coherente, sólo añadiré que es un efecto primaveral más (creo que en 2008 ya hice algo parecido): espero que pronto llegue finales de mayo y la maldita estación vaya debilitándose. Sobreviviré.

Saludos...

viernes, 27 de marzo de 2009

La vida humana: ciencia e ideología

"El momento en que puede considerarse humano un ser no puede establecerse mediante criterios científicos; el conocimiento científico no puede afirmar o negar si esas características confieren al embrión la condición de ser humano. Esto entra en el ámbito de las creencias personales, ideológicas o religiosas" (Fragmento de la respuesta de la élite científica al Manifiesto antiabortista conocido como Declaración de Madrid, publicada hoy en El País, http://www.elpais.com/articulo/sociedad/elite/cientifica/desautoriza/colegas/antiabortistas/elpepusoc/20090327elpepisoc_4/Tes).

Poco se puede añadir. Cuidado con confundir conocimiento y opinión, ciencia con ideología, verdad con apariencia.

Si alguien lee la noticia, quizás me dé la razón además ante la desesperanza que produce la escandalosa ausencia de mujeres en este tema. Tanto desde el bando antiabortista como desde el científico (quizás porque se trata de la élite, precisamente) son nombres masculinos los que se invocan, opinan y se dan cita unos a otros. ¿Las mujeres no tenemos opinión sobre un tema que nos afecta exclusivamente a nosotras mismas? ¿O es que no nos ponen el micrófono delante?Sobra decir dónde me posiciono en esta contienda, claro. Pero por una vez me gustaría que no se obviara a quienes deben ser referencia en el tema del derecho al aborto.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Me uno a la campaña de Las Linces


Las Linces es una iniciativa en contra de la ofensiva de los obispos en relación al tema del aborto. Me uno, sin duda alguna:




Porque es vergonzoso que continúen diciéndonos lo que tenemos que hacer con nuestros cuerpos.


Porque es vergonzoso que sigan diciéndonos lo que NO tenemos que hacer con ellos.


Porque yo hace tiempo que alcancé, como el resto de las mujeres de este país, la mayoría de edad, y, como tal, HAGO LO QUE ME DA LA GANA.


Porque no voy a aceptar crucifijos ni rosarios en mis ovarios.


Porque estoy harta de presiones, chantajes y culpas sobre la vida y la libertad de las mujeres; vengan las mismas de la Iglesia, de los partidos conservadores o de la llamada comunidad científica.


Porque el debate, hoy, no es ABORTO SÍ/ABORTO NO (el aborto es un derecho conseguido); el debate hoy es ABORTO EN QUÉ CONDICIONES.


Porque voy a mantenerme alerta, muy alerta, ante cualquier intento de retroceso, coacción o represión en este tema, en los próximos meses, y no voy a pasar ni una sola.


Por todo eso os invito a que os unáis a la causa. Si entráis en el enlace del blog podréis leer cómo.


Saludos.



jueves, 5 de marzo de 2009

Herramienta contra el lenguaje sexista

Herramienta que analiza páginas web y detecta lenguaje sexista:

http://tincluye.org


Genial.

sábado, 28 de febrero de 2009

Parque sí, golf no

Ayer quedé con una amiga y después decidí volver a casa atravesando el parque. Se trata de uno de los principales parques con los que contamos en esta zona de Chamberí. Al Gobierno de la Comunidad de Madrid se le ocurrió hace... ¿un par de años? que lo prioritario para los vecinos y las vecinas era construir un gigantesco campo de golf en medio del parque. Ignoro qué consultas ciudadanas se realizaron para llegar a esa conclusión... y tengo la sensación de que el Gobierno de la Comunidad de Madrid también lo ignora.

El caso es que ayer, a eso de las siete de la tarde, atravesaba yo el parque, que a esas horas estaba hasta arriba de gente. Y no pude por menos que preguntarme por qué el PP tiene esta inclinación tan patológica hacia el cemento y el hormigón. Porque más o menos el 50% de la superficie del parque está prácticamente sin árboles, de modo que vas andando entre la valla que linda con la calle y la enorme red-infraestructura-matapájaros verde y amarilla que separa el campo de golf del resto. Idílico.

Ese era el parque donde yo jugaba de pequeña... yo y varias generaciones más de este barrio. Aparte de las connotaciones sentimentales que pueda tener, ¿hay alguien en su sano juicio que actualmente le siga llamando parque a eso?

Además, han eliminado el césped y lo han sustituido por un extraño material escamoso marrón. Parece un desierto, la entrada a un hótel o a una urbanización de lujo. Pero no un parque.

Sé que existe un grupo en el distrito que se reúne mensualmente y organiza actividades denunciando lo que han hecho con nuestro parque (tienen un blog: http://parquesienchamberi.org/).

Por lo que nos espera, por el futuro de nuestros parques (¿qué harán con el del Oeste -asfixiado por los botellones- o con la Dehesa de la Villa? ¿asfaltarán también y los convertirán en recintos para el pseudo deporte de pijas y pijos?), los madrileños y las madrileñas deberíamos reflexionar sobre el tipo de ciudad y servicios que queremos.

Miedo me está dando todo esto.

jueves, 26 de febrero de 2009

Mujeres, imagen e igualdad: las nuevas series de TV

http://www.elpais.com/articulo/Pantallas/mujer/roza/igualdad/ficcion/elpepugen/20090226elpepirtv_2/Tes

Ya lo había notado. Y me alegro muchísimo.

¿Ven como sí era posible romper estereotipos y ofrecer una imagen distinta de las mujeres?

Por cierto, me declaro fan del personaje de Rosa Ballester y de Blanca Portillo en general.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Violencia sexista y pública

Me he enterado esta mañana de la agresión del alcalde de Móstoles a la portavoz del Partido Socialista en el Ayuntamiento. Me he quedado alucinada. Sigo alucinada. Como de costumbre, la agresión viene acompaña de una serie de anotaciones que pretenden ser justificaciones (recomiendo el artículo de Ángeles Álvarez, en su blog: http://angelesalvarez.com/).

¿Justificaciones? No nos engañemos. Se trata de una agresión sexista en un lugar público e institucional. Un Ayuntamiento y un alcalde agresor. Es el colmo. Si en la Comunidad de Madrid quedara una pizca de vergüenza a estas horas ese señor ya habría presentado su dimisión. Pero creo que no debemos esperar algo así.

Como epílogo cruel, la reacción de sus compañeras de partido concejalas, culpabilizando a la víctima y acusándola de "aversión a los hombres"...

Cuanto más lo pienso más grave me parece, y cuanto más grave me parece más me enfado. Si no hay una reacción contundente, decidida y firme, y hasta las últimas consecuencias, todo el énfasis institucional en la erradicación de la violencia sexista será papel mojado.

Qué Comunidad esta...

martes, 10 de febrero de 2009

Soy feminista radical

He encontrado una cosa genial en internet: un test que te dice qué tipo de feminista eres. Me pregunto quién colgará este tipo de cosas en la red; quiero decir que quien lo haya hecho sabe de lo que habla, no son un montón de estereotipos o ideas erróneas (al menos, no en su mayor parte; ¿quizás alguien que estaba haciendo una investigación?).

Bueno, me he divertido siendo conejillo de indias. Mi resultado: soy feminista radical.

Dejo el enlace por si a alguien le apetece:
http://www.selectsmart.com/FREE/select.php?client=feminist

¡Buena suerte!

Muerte y moralidad

Esta mañana nos hemos levantado con la noticia de la muerte de Eluana Englaro, en lo que parece el final de una absurda carrera contrarreloj contra los/as presuntos/as "guardianes/as" de la moralidad universal.

La ley acelerada destinada a impedir que cualquier persona decida libremente sobre su vida, que trataba de ser aprobada a toda prisa por el Gobierno de Berlusconi, se ha quedado a medio camino, como uno más de los esperpentos acostumbrados en este Gobierno.

Siempre que alguien actúa en nombre de la moralidad universal tiendo a echarme a temblar. Más aún, si, como en este caso, anda la Iglesia católica de por medio.

He leído que alguien (un obispo, creo), se ha permitido decir que la muerte de Eluana es un delito... ¿los obispos no deberían limitarse a hablar de pecado? ¿No es el colmo de la presunción?

En el fondo, asistimos al mismo conflicto de siempre: el de quienes no se resignan a perder el monopolio de regir y legislar sobre la moralidad humana. Lo hemos visto con la oposición a Educación para la ciudadanía y lo vemos ahora. Y mientras existan Gobiernos, como el de Berlusconi, tan escasamente comprometidos con el principio democrático de laicidad, tendrán vía libre, me temo.

Me alegro del final de todo esto, al menos por el momento. Aún está por ver qué van a hacer con el proyecto de ley (a mí se me ocurren montones de destinos). Y hay que esperar al desenlace legal, claro, en relación a las "responsabilidades" de la muerte de Eluana. Yo, desde luego, me sentiré más esperanzada si finalmente resulta que ese obispo tiene razón y la dignidad y la libertad efectivamente han ganado.

domingo, 8 de febrero de 2009

Empoderamiento

Hoy ha terminado mi primer taller de autodefensa feminista. Increíble. Alucinante. Lo recomiendo a todo el mundo. No me imaginaba que lo de la parte física, los golpes y eso, me fuera a gustar tanto. En fin, soy y siempre he sido una persona muy pacífica. Sólo que ayer me di cuenta de que no había golpeado nada en toda mi vida, y que además no existen espacios ni momentos para gritar. Y últimamente creo que me viene haciendo falta.

Que no se me entienda mal. No es que quiera golpear ni gritar a nadie. No se trata de descargar violencia ni nada de eso. Se trata de que, golpeando una esterilla de camping enrollada me he dado cuenta de que podía hacerlo: de que tengo fuerza y puedo usarla.

Y yo siempre diciendo que la violencia, autodefensa, deportes marciales, etc. sólo engendran más violencia. Parece que algo me ha cambiado un poco los esquemas este fin de semana.

En el fondo, lo más importante es el tema del empoderamiento. Algo de lo que el feminismo sabe mucho y las mujeres deberíamos saber más. Creo que el empoderamiento consiste justamente en eso: darte cuenta de que puedes. No está nada mal. Nada mal. Ha sido lo mejor de las últimas semanas.

Eso, y el entretejimiento de redes de amistad. Alguien en el taller ha comentado que es una de las cosas más importantes del feminismo: la creación de redes de solidaridad entre mujeres. Creo que tiene razón. Una red gigante, que apoya, sustenta y anima cuando más se la necesita.

Gracias.

lunes, 2 de febrero de 2009

Nuevo "punto de partida" para Irak

Sensación agridulce la de la portada de El País de ayer (http://www.elpais.com/articulo/portada/NUEVO/PUNTO/PARTIDA/IRAK/elpepipor/20090201elpepipor_4/Tes/).
Si el nuevo punto de partida para Irak nos muestra a cuatro mujeres cubiertas de negro es que se empieza muy de cero, y las intervenciones democratizadoras tantas veces repetidas tienen en realidad muy poco que ver con la democracia.

Pero, veladas o no, están votando. Y quizás ese sí pueda ser el comienzo del cambio de todo lo demás.

Saludos y buen comienzo de semana.

miércoles, 28 de enero de 2009

Por qué

Acabo de llegar de ver un documental sobre el Holocausto (ayer fue su día conmemorativo) y, después, me ha tocado presenciar una surrealista escena de violencia (verbal, y por poco física).

No dejo de preguntarme por qué; por qué los seres humanos somos incapaces de aprender las lecciones de la historia.

Por qué.

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