jueves, 23 de septiembre de 2010

Como mujeres


"Performance no es un concepto difícil para nosotras. Nosotras estamos sobre el escenario en todo momento de nuestras vidas. Actuando como mujeres".


(Cheri Gaulke, 1993)


Acabo de leer un texto fantástico, de Beatriz Preciado, sobre la historia de la performance teatral y sus efectos políticos deconstructivos sobre las identidades de género. Por ejemplo, la psicoanalista Joan Rivière, en 1929 (¡1929!), hablaba de la feminidad como una mascarada defensiva a la trasgresión moderna del reparto tradicional del espacio entre hombres y mujeres. En los años 70, Judy Chicago y otras mujeres empezaron a experimentar de forma creativa con el poder performativo de sus cuerpos, en las propias cocinas de sus casas. A partir de los 90 se empieza a performativizar la masculinidad, y surge el movimiento king (en sintonía con el queen, de más larga trayectoria).

No me había parado a pensar con detenimiento en todo esto. Pero es una vía muy divertida, muy lúdica, para plantear y mostrar ciertas ideas críticas, y por lo tanto quizás muy adecuada (mucho más que explicarlas en un gordo tratado de seiscientas páginas).

Permite mirar con nuevos ojos hiperrepresentaciones de la feminidad como las que acostumbran a inculcarnos el cine y la televisión usualmente: Carrie Bradshaw, así como la secretaria bombón Joan Holloway son máscaras, señuelos, disfraces para un juego del que tenemos que reírnos más (¡¡¡ja, ja, ja ja...!!!).

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