sábado, 23 de septiembre de 2023

las flores de nolde



Sonnenblumenbild (Emil Nolde, 1928)

miércoles, 20 de septiembre de 2023

el escritorio amarillo


(Ilustr. de André da Loba)


El espacio era una corriente de aire, una inspiración profunda. Parecía manar de los rincones de aquel escritorio, el barniz amarillo levemente oscurecido en los bordes. Era un mueble viejo incluso antes de haber sido adquirido; lo habían encontrado arrojado en las basuras de detrás de la plaza del Ayuntamiento, una noche de recogida de trastos. En aquella zona peatonal los vecinos acumulaban los muebles viejos detrás. Teóricamente, para facilitar la recogida; aunque en realidad la razón más probable sería no afear la vista de los turistas. Pero en fin. Ella no solía espigar, rara vez era capaz de distinguir lo que valía la pena de lo que no. Volvían de tomar una copa, la noche era templada, al final del verano. El plan era tratar de ir a Ikea, la semana siguiente, a por un tablero y un par de caballetes. Llenar el espacio, ese era el plan. Y entonces, quizá poco antes de la llegada del camión de recogida, allí estaba aquella mesa vieja, astillada y llena de cajones. No es un buen mueble, no es madera maciza ni nada de eso, quiero decir. Quiso decir él. Trató de seguir caminando, llegar a casa, lavarse los dientes sin tropezar con las cajas que aún quedaban por abrir en el pasillo… Pero allí seguía el mueble, y allí seguía ella. Ya había experimentado antes esa tristeza, la frustración de saber que algo se le escapaba, que volaba irremediablemente más allá de su alcance. El deseo de volver atrás, quizá ya en la cama, la cabeza tratando de descansar sobre el colchón. El camión de recogida acabando con todas sus esperanzas. No puedo volver el tiempo atrás, tengo que decidir, aquí y ahora. Las palabras y los hechos, los hechos y las palabras. Esos cajones tan pequeños, no te cabrá nada. Quiso también decir él. Y ella se imaginó la superficie: el espacio. Abarrotado de cosas. Sus cosas. Aquella corriente de aire; podrían ser las paredes y el suelo de una casa… Tengo que decidir. Se dijo. Decidir ahora. Qué mal se le había dado siempre, quizá por eso no era ella, nunca había sido, espigadora. Imaginó a Agnes, frente a ellos dos, la cámara sobre el hombro, registrando, detrás de la plaza, sin perder ripio de nada: la espigadora y el espigador. Indecisa. A ella siempre, siempre se le escapaban las palabras. Querría decirle a Agnes. La noche apremia, la vida apremia. Tenemos la casa llena… Habría podido querer decir él, o incluso ella, podría haber dicho… Y también: Lo quiero, quiero este mueble para mí.



Las comadres de Gornick, septiembre 2023

lunes, 18 de septiembre de 2023

ese famoso espacio


(Fran Lebowitz, 2020)


... ese famoso espacio rodeado de soledad, ansiedad y autocompasión se abre de par en par mientras contemplo las flores de Nolde.


Apegos feroces (Vivian Gornick, 1987)



'Leer y escribirnos de frente. 
Un taller de narrativa personal a partir de la obra de Vivian Gornick'

Silvia Nanclares, septiembre 2023

domingo, 17 de septiembre de 2023

saudade



La nostalgia era una enfermedad que se expresaba en un síntoma preciso: dolor (algia) por el regreso a casa (nostoy). Y como cualquier otra enfermedad, se encontraron remedios para ella: opio, ventosas, sanguijuelas, purgas y baños de agua tibia. Pero a la larga los soldados se volvían inmunes a esa clase de paliativos. Tras muchas pruebas, concluyó Hofer, nada dio mejores resultados que enviar a los soldados de vuelta a su casa.


Papeles falsos (Valeria Luiselli, 2010)



Todas mis canciones hablan de ti.

miércoles, 13 de septiembre de 2023

san roald



XXXII Premio de Textos Teatrales dirigidos a Público Infantil de la Escuela Navarra de Teatro (ENT) y el Ayuntamiento de Pamplona.

Gracias, gracias, gracias...


Hoy Roald Dahl cumpliría 107 años:)



(Imagen de Quentin Blake)

domingo, 10 de septiembre de 2023

harry&sally



(Rob Reiner & Nora Ephron, 1989)

miércoles, 6 de septiembre de 2023

setiembre



De lo que no puedo prescindir es de las voces. En muchas ciudades del mundo, la población está asentada sobre siglos de callejones adoquinados, iglesias en ruinas, reliquias arquitectónicas que nunca han sido excavadas, solo apiladas unas sobre otras. Si has crecido en Nueva York, tu vida es una arqueología no de estructuras, sino de voces, que también se apilan unas sobre otras, y que tampoco se reemplazan unas a otras.


La mujer singular y la ciudad (Vivian Gornick, 2015)



Hoy han empezado los colegios, las calles se han convertido en infiernos de coches atravesados y prisas imposibles. Esto no es Nueva York pero la vida vuelve a acelerarse. Yo he esperado a que parara de llover, he puesto una lavadora, la he tendido y (casi) recogido. No he lavado la mochila. He ido y vuelto al aeropuerto. He hecho compra, huevos incluidos. Ordené la nevera. Fui a reclamar un envío perdido a Correos pero estaba cerrado, aún, por el horario de verano. He acabado el (genial) libro de Gornick. También di una clase por la mañana. Y no me conecté a una asamblea (la dosificación del ruido y las interrupciones: un objetivo loable, creo, de este comienzo de curso). Subí la maleta al armario. Me rasqué las picaduras. Estampillé los libros nuevos y les busqué hueco en las estanterías. Hablé por teléfono con mi madre. No he cenado, no tengo hambre. En el salón huele a pan: viene del horno sin gluten de más arriba y se cuela a través del balcón. He apretado dos bombillas. Y colocado la manta rosa en la cama. Puede que el cyclamen se haya muerto (sería la segunda baja de este verano). Estoy a punto de empezar con el ensayo de Hustvedt.


Imagen del calendario de 2023 de @mugrons_art

viernes, 1 de septiembre de 2023

el cerdo llamado octavio



Ya está aquí septiembre,
con sus galernas,
sus noches de lectura
y su esperanza.


Asturies, agosto-septiembre 2023

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