sábado, 31 de marzo de 2018

Karl Ove, Karl Ove


Amar a Knausgård
Odiar a Knausgård;
todavía no lo hemos decidido.

domingo, 25 de marzo de 2018

Clever Girl


Per fi...


(Imagen de pegatina: la barbuda)

jueves, 22 de marzo de 2018

Letrillas de la pareja cruncheante

Ens vam conèixer un dimecres fent cua al cine Arkadín
i ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Li vaig oferir un carmelo un vespre de Sant Medir
i ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Una amiga molt amiga venia massa sovint
i ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
“Vols venir”, vaig preguntar-li, “a conèixer els meus padrins?”
Ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.


I ara ella porta els nens al cole i jo faig els plats de la nit,
ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Jo alimento els periquitos, ella rega el jardí,
i ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Jo sempre compro manxego malgrat que ella és més de brie
i ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Jo sóc un fan de l’Astèrix i ella té tots els tintins,
ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.


Prefereixo que no parli d’aquell nòvio de París,
que ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Jo sóc de ballar la conga, ella es decanta més pel twist,
ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Jo dic “eps, un ron amb cola!” i ella vol carta de vins
i ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Ella mira Kiarostami, jo sóc més de Jacques Tati,
ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.


Jo ja sé dos o tres coses, ella ja en sap quatre o cinc,
que ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Ella no deixa que em rasqui quan em piquen els mosquits,
ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Ella és reina de les festes, jo sóc un home avorrit,
i ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.
Jo la miro i m’espanto no fos que es cansés de mi,
ens ha costat déu i ajuda arribar fins aquí.



(Texto: Manel, Corrandes de la parella estable, 2008; versión amable de Él y yo, de Natalia Ginzburg, para este equinoccio de primavera...)

martes, 20 de marzo de 2018

Ese regalo de madera, inesperado



Cuervo

Con permiso, unas pocas notas para una 
autobiografía literaria de carácter oral:

Me encantaba esperar, a media tarde, solo
en su hogar, a que volvieran de la escuela.
Soy consciente de que se me podría acusar
de presentar síntomas relacionados con una
fantasía maternal insatisfecha, pero soy un
cuervo y los cuervos podemos hacer de todo
en la oscuridad, incluso jugar a ser mamás.
Me dedicaba a picotear, miraba por aquí, miraba
por allá. A veces recogía del suelo el típico
calcetín perdido o una pieza de puzzle. Iba
dejando pequeñas cagarrutas allí donde sabía
que él nunca llegaría a limpiar.

Lo primero que oía era una mezcla de voces
agudas, un parloteo jovial y cantarín. Los
niños. Podía seguirle un golpe al chocar uno
de ellos contra la puerta de la calle, y una pausa
mientras recuperaban el aliento y esperaban
a que el padre se les uniera. Entonces, él abría
la puerta y con ese clic el apartamento se
llenaba de ruido, Quitaos los Zapatos, Dejad
las Mochilas, No las dejéis ahí, He dicho que 
No, ponedlas ahí, venga, en marcha,
pim, pam, pim, pam, escaleras arriba.
Hay una cierta arrogancia, bella y perezosa,
en el cansancio de esos hombrecitos que van
dando tumbos por toda la casa durante el breve
interludio que precede a la búsqueda de comida
o de entretenimiento, y siempre me llenaba
de un optimismo impropio de mí y me levantaba
el ánimo verlos volver al cubil como si nada.
¡Y el azúcar! Oh, aquellas tardes en las que
él les permitía comer golosinas, o en las que
se encaramaban a la despensa y saqueaban
-con maneras de cuervo- el alijo de su padre.
El comportamiento de las crías humanas tras
ingerir serias cantidades de azúcar es verlo
para creerlo. Los estimula y trastorna de forma
hilarante durante algo así como una hora,
hasta que caen desplomados.

Es increíble cómo se parecen a zorreznos
empachados de sangre.


Max Porter, El duelo es esa cosa con alas, :Rata_ Books, 2016.
Imagen del regalo de la compañía Arena en los bolsillos, por su 10º aniversario... ¡Gracias!

sábado, 17 de marzo de 2018

Desde Bélgica



o Bilbao, o Amherst:
donde esta mañana ha vuelto a nevar.
Después del premio, y los regalos. Después del vermut y las croquetas de centollo del domingo. De los tulipanes rosas. Del paraguas nuevo, amarillo y con cabeza y pico de pato. De La Íntegra y el Laboratorio de Escritura Performativa (¡empezamos!), del estrés del miércoles y el cansancio de jueves y viernes. De Natalia Ginzburg y las gominolas de colores. De muchos capítulos de Cites, de Max Porter y su Cuervo, de una entrevista telefónica con Radio Euskadi, de ese regalo de madera, inesperado; de la gestoría y el Bono Social, de todo el queso y todo el chocolate del mundo. Y del bizcocho. Después de volver a nadar, del pan de cristal y Las mujeres fuertes, comparto este vídeo de hace tiempo. 
La lectura dramatizada de ¿Y después?, texto breve con el que participé en el Encuentro Internacional del Obrador d'estiu de la Sala Beckett, en Barcelona, en el verano de 2014 (dirigido por Judith Pujol).
Ya descanso, ya; y sigo...

viernes, 9 de marzo de 2018

miércoles, 7 de marzo de 2018

Proyecto: Pan




Esta mañana he pasado varias horas chapoteando entre harina y masas madre. La razón: un proyecto de escritura que me ha tenido investigando estos últimos tres meses en torno al pan y sus procesos de elaboración. Investigando y escribiendo. Y, en un momento dado, también amasando.
El resultado, próximamente.
Y ahora mismo, delicioso, en mi cocina:


Mil gracias al equipo de Panic.

martes, 6 de marzo de 2018

Los detalles y las cosas



La forma de una vaca negra, observada de frente: un suave óvalo negro, más grande arriba, que se va estrechando hacia abajo hasta hacerse muy angosto, como una lágrima.


Lydia Davis, Ni puedo ni quiero

viernes, 2 de marzo de 2018

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