domingo, 28 de agosto de 2011

Història d'un triomf: El viatge de la carabassa


El viaje de la calabaza

1. El mundo ordinario: Excursión de día a Palau-Sator, Baix Ampurdà, Girona (Catalunya); 12,4 km. cuadrados, 290 habitantes, a 20 m. sobre el nivel del mar.

2. La llamada de la aventura: Descubro un montón de calabazas de distintos tamaños en los poyetes de varias ventanas del pueblo.

3. El rechazo de la llamada: Sería demasiado arriesgado y además quiero comer aquí (en lugar de salir huyendo nada más llegar).

4. El encuentro con el mentor: La anciana sabia que me acompañaba.

5. La travesía del primer umbral: Paseando por los alrededores después de comer, descubro un campo donde crecen cientos de calabazas gigantes. La llamada persiste y sería estúpido no intentarlo.

6. Las pruebas, los aliados, los enemigos: Me interno en la huerta sin ser atacada por ningún bicho y sin hundirme en la tierra; la mentora sirve como aliada, así como la propia calabaza; enemigos son bichos posibles de toda índole, víboras y, naturalmente, los/as dueños/as de la huerta.

7. La aproximación a la caverna más profunda: Selecciono la calabaza más próxima a mí que cabe en mi capazo. Sin ser vista, claro.

8. La odisea (el calvario): Realizo lentas pero certeras aproximaciones a la calabaza elegida. La toco, la muevo con cuidado (no sé qué sorpresas pueda reservar este mundo especial de las calabazas). Los rabos que las unen a la tierra son increíblemente gruesos; pero entonces, inesperadamente, la calabaza elegida se suelta sola del suyo.

9. La recompensa (apoderarse de la espada): De la calabaza, en este caso. Ya es mía.

10. El camino de regreso: Meto la calabaza en el capazo y volvemos al pueblo. Con la mayor normalidad, de no ser por lo que pesa (pero todo proceso de aprendizaje conlleva sufrimiento).

11. La resurrección: Llego al coche y meto la calabaza en el maletero. Sin ser vista por todos/as esos/as antagonistas que descansan junto al pozo del centro de la plaza. Renazco y me largo de allí.

12. El retorno con el elixir: La calabaza sigue en el maletero del coche, donde aguarda a la llegada del otoño para ser consumida. Mundo ordinario claramente enriquecido.

Croac-croac, cantaban las ranas.

sábado, 27 de agosto de 2011

Niño Cántaro de Agua y otras (pequeñas) heroicidades

Y escribí en el cuaderno rojo, finalmente. Keep moving.

Sigo pensando en el viaje del héroe. Por fin me he comprado El viaje del escritor, de Christopher Vogler (la obra que, se supone, toda persona que aspire a escribir/contar historias debería tener). Los intentos por esquematizar lo que sea (actividades, filosofías, etc.) en un marco o esquema único me hacen, por principio, desconfiar. Que los principales estudios y productoras norteamericanas se hayan convertido en los reyes del mambo de la cuestión, todavía más. Y definitivamente no me gusta la tendencia hacia ese tono de manual de autoayuda.

Pero hay algo más. Recorro las páginas. Trato de desconectarme de términos como 'universal' y reconozco ese periplo de cambio y de crecimiento. El aprendizaje. ¿Los arquetipos? Pienso en mis historias. Quizás dislocadas. Quizás.

Tengo que seguir pensando. Leyendo.


"Una joven Pueblo que ayudaba a su madre a mezclar con el pie el barro para hacer vasijas, sintió que el lodo la salpicaba en la pierna, pero no le puso atención. Después de unos días, la joven sintió que algo se movía en su vientre, pero no pensó que iba a tener un hijo. No se lo dijo a su madre, pero el niño crecía y crecía. Una mañana se puso muy enferma. Por la tarde nació el niño. Aquel día su madre cayó en la cuenta (por primera vez) de que su hija iba a tener un hijo. La madre se enojó mucho, pero cuando miró al niño vio que no se parecía a un niño, sino que era una cosa redonda con dos salientes: era una pequeña vasija. '¿De dónde sacaste esto?', le dijo la madre. Pero la joven sólo lloraba. En ese momento el padre entró. 'No me importa, me alegra que haya tenido un niño', dijo. 'Pero no es un niño', dijo la madre. El padre fue a verlo y vio que era un pequeño cántaro de agua. El padre, al verlo, sintió cariño por el cántaro. 'Se mueve', dijo. Enseguida, el cántaro empezó a crecer. A los veinte días ya era grande. Podía hablar y jugar con los otros niños. 'Abuelo, llévame afuera para que yo mire a mi alrededor', dijo. Cada mañana el abuelo lo sacaba y él miraba a los niños, quienes lo querían y averiguaron que era varón, Niño Cántaro de Agua. Lo averiguaron por lo que decía".*


Me pregunto qué diría.




(* Joseph Campbell, El héroe de las mil caras, p. 291)

domingo, 21 de agosto de 2011

Super 8: sangue chiama sangue

"Había una vez un hombre con su mujer, y la mujer estaba embarazada. Cuando vino el tiempo de dar a luz a su hijo, llamó a su marido para que viniera y la levantara, para que pudiera parir. Ella dio a luz una almeja y su marido la tiró al suelo con ira. Ella, sin embargo, le suplicó que tomara la almeja y la dejara en la pileta de Sinilau. Cuando Sinilau vino a bañarse, tiró la corteza de coco que había usado para lavarse dentro del agua. La almeja se acercó, chupó la corteza de coco y quedó embarazada (...)".*

Esta tarde he ido a ver Super 8. La vieja fórmula Spielberg, o casi un homenaje a la misma. Adolescentes. Alienígenas. El viaje del héroe. Catarsis. Autoconocimiento. Sigue funcionando. Aun sin E.T. (aunque siempre se le echa de menos, claro).

Como decían en El Padrino, "sangue chiama sangue" (`la sangre llama a la sangre`): creo que hoy escribiré en el cuaderno rojo.



(* Fragmento de un cuento popular de Tonga, recogido por Joseph Campbell en su clásico de 1948 El héroe de las mil caras)




miércoles, 17 de agosto de 2011

Oswald


La olvidada historia de Oswald, el hermano mayor de Mickey Mouse. Al parecer, la distribuidora se quedó con el personaje de Walt Disney cuando empezaba a tener éxito; eso hizo que Disney se pusiera a dibujar y creara al ratón Mickey. Oswald se perdió en el oscuro cajón de algún despacho de aquella distribuidora, mientras que Mickey ha disfrutado de una vida llena de triunfos y reconocimiento. En 2006 toda esta historia se recuperó para un videojuego en el que Mickey y Oswald ajustaban cuentas entre sí. Pobre Oswald, olvidado entre los olvidados.

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