jueves, 30 de abril de 2009

Medea

¿Por qué mata Medea a sus hijos?

Quizás para que podamos preguntárnoslo durante el resto de la historia. Quizás para que, con esa pregunta, podamos enfrentarnos, una y otra vez, a la parte más oscura de nuestra existencia. Aquella menos clara, menos racional, difícilmente explicable.

¿Por qué mata Medea a sus hijos?

viernes, 24 de abril de 2009

Amalgama primaveral

La primavera no es, decididamente, el mejor momento del año para mí.

Pero, no obstante, no es que no me esté pasando nada en los últimos tiempos que me dé pie a escribir. Al contrario, puede que me estén pasando demasiadas cosas...

En fin. Esta mañana ha terminado el Congreso sobre cooperación y Derechos Humanos de las mujeres (esto último debería sonar redundante, pero, de hecho, es intencionado y no carece de sentido señalarlo) que ha celebrado Cruz Roja durante dos días. La verdad es que ha estado mejor de lo que esperaba; si bien es evidente que les queda mucho por hacer (y no quiero parecer sabionda), me ha dado una visión de Cruz Roja, con respecto a las cuestiones de género, bastante más positiva de lo que imaginaba. Desconfío bastante, a estas alturas.

Ha asistido gente interesante y he aprendido bastante en relación al enfoque de Derechos Humanos. Lo peor: la inauguración y la clausura (¡sobre todo la clausura!) a cargo de la Comunidad de Madrid; ¿nadie puede explicarle a Fernández Lasquetty (Consejero de Inmigración y Cooperación) que por mucho que su cargo sea político no está bien dedicar un discurso de estas características a echarse flores encima (y también encima de Esperanza Aguirre)? Como digo, desconfío bastante.

También he vuelto a tener la oportunidad de escuchar a Alicia Puleo hablando de ecofeminismo. Siempre resulta inspiradora. Pero sigo sin entender del todo la manera de casar ecología y feminismo sin caer en un pensamiento esencialista. Seguramente tendré que pensarlo más.

Parece que una nueva fase de mi vida está comenzando y los cambios proliferan a mi alrededor. Así que, entre la emoción y el vértigo, cuesta trabajo sentarse a escribir. La semana pasada volví a Barcelona y, una vez más, reitero que es una de mis ciudades favoritas para vivir en el mundo.

¿Qué más? Estoy retomando, a trompicones, mi tesis doctoral. Y pongo a dios por testigo de que la tesis nunca volverá a pasar hambre... je, je. Bueno, intentaré al menos que no pase tanta como en los últimos meses. Ideas, por favor, acudid a mí, ¡os necesito!

También me he apuntado a un curso on-line sobre lenguaje no sexista. Estoy bastante ilusionada porque hace tiempo que quería hacerlo y por fin he decidido que era el momento. Empieza el lunes y espero que merezca la pena todo lo que he pagado.

Por lo demás, el lunes comprobé lo que sucede cuando permaneces de pie durante varias horas en un acto político, en un lugar abarrotado de gente y con bastante calor. Parece que es normal que, después de un rato, la sangre deje de llegar bien al cerebro. ¿Cómo podemos estar tan mal hechas/os? Y yo que lamentaba no ser más alta...

Y este miércoles acabó "Acusados". Creo que ya comenté en otra entrada que estaba muy enganchada a la serie y en particular al personaje de Rosa Ballester. Me gustaría oír más opiniones, pero la verdad es que creo que la serie ha ofrecido algunos de los personajes femeninos más estimulantes de los últimos tiempos. Cuando terminaba de ver los capítulos, cada miércoles, tenía la esperanza de que las cosas empezaban a cambiar y de que las mujeres íbamos a dejar de ser representadas como los seres débiles/malvados/perfectos/angelicales/femmes fatales/hipersexuales a los que nos tienen acostumbradas. No es que Rosa Ballester careciera de contradicciones, que las tenía, pero creo que el hecho del poder es algo a lo que estamos demasiado poco habituadas. Ha sido inspiradora. Desde aquí mi agradecimiento a Blanca Portillo, que, de hecho, ya nos había regalado algunos otros personajes memorables, en este mismo sentido. ¡¡Gracias!!

Bueno, y como creo que es evidente que tenía muchas cosas que decir (más de las que pensaba; casi un mes sin escribir), y que no las he dicho de manera muy coherente, sólo añadiré que es un efecto primaveral más (creo que en 2008 ya hice algo parecido): espero que pronto llegue finales de mayo y la maldita estación vaya debilitándose. Sobreviviré.

Saludos...

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