viernes, 30 de marzo de 2012

Tinkerbell


Algunas veces. Otra vez.

lunes, 19 de marzo de 2012

Alicia&Antoine


"Alicia empezaba a cansarse de estar allí sentada con su hermana a orillas del río sin tener nada que hacer. De vez en cuando se asomaba al libro que estaba leyendo su hermana, pero era un libro sin ilustraciones ni diálogos, "y ¿de qué sirve un libro -se preguntaba Alicia- que no tiene diálogos ni dibujos?".

Estaba la niña dándole vueltas en la cabeza (y eran unas vueltas muy lentas porque el calor de aquel día de verano le producía una extraña somnolencia) a la idea de ir a por margaritas para tejer con ellas una guirnalda de flores, sopesando el esfuerzo que le costaría cogerlas, cuando de pronto un conejo blanco con grandes ojos rosados se cruzó ante ella.

En realidad no había nada de extraño en ello y Alicia no se sorprendió ni siquiera cuando le oyó decir:

-¡Ay, Dios mío, qué tarde se me está haciendo!

Y aunque más tarde, al recordarlo, le chocó que no le hubiera sorprendido, lo cierto es que en aquel momento le pareció de lo más natural. Y fue entonces cuando el conejo sacó un reloj de bolsillo de su chaleco para consultar la hora, antes de echar a correr de nuevo, y solo entonces se dio cuenta la niña de que nunca en su vida había visto un conejo con chaleco ni, mucho menos, con reloj de bolsillo. Alicia se levantó de un brinco y, muerta de curiosidad, corrió por la pradera hacia el lugar donde se encontraba el conejo, y llegó justo a tiempo de verle desaparecer por una gran madriguera que se abría al pie de un seto.

Y no tardó Alicia en seguirle, sin pararse a pensar cómo se las arreglaría para salir de allí."


Esta es la primera página de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll. Ese suceso extraño que me ha ocurrido este fin de semana.

Sí. Se puede reescribir una historia sin haberla leído antes. Sí. Es otra de esas cosas raras que suceden al escribir. Quizá es cuestión de arquetipos. Quizá no.

Se puede sentir que un millón de Alicias pueblan las historias, de antes y de después. Las propias y las ajenas. Que siempre han estado ahí. Que son la causa, la razón.

A...l...i...c...i...a...


(Imagen de la portada de la edición de Nordika)

domingo, 18 de marzo de 2012

De comida y basura

Solo en Estados Unidos se tira aproximadamente el 30% de lo que se produce. Comemos mucho, muchísimo. Y también tiramos demasiado. Nos asusta ver las neveras medio vacías, así que producimos y producimos, incluso más de lo mucho (mucho: es por eso que estamos tan gordos/as) que somos capaces de llegar a comer.

El Ranchito es un proyecto de investigación y búsqueda en diversos proyectos artísticos que me encontré en Matadero la última vez que anduve por allí. Editan una revista donde cuentan lo que hacen. Se ubican en una nave enorme y exponen sus procesos de trabajo. Por lo que he visto además, hay un programa de residencias para artistas de fuera de Madrid.

Y Excedentes/Excess es una iniciativa que viene de Nueva York (creo) y que pretende visibilizar y dignificar el acto de recoger alimentos de la basura. ¿Cómo? Evidenciándolo como una necesidad. Colocan un carrito de Mermas en el exterior de diversas superficies comerciales y en él ponen todos los alimentos sobrantes del día.

Como diría Agnès Varda, no deberíamos avergonzarnos de reconocernos como espigadoras y espigadores.



(Imagen de Excedentes/Excess)

sábado, 10 de marzo de 2012

La importancia de la canela



(Imagen de colmado.com.do)

domingo, 4 de marzo de 2012

Un muerto: 2/03/2012


"Primera mujer
Mire mire
venga mire
ahí hay algo
un muerto
Mire
una persona
vea ahí hay una persona
ahí mire
ahí
entre los dos árboles
mire
vea
Debe de haber sucedido ahora
y no hay tráfico
Qué cosa
Cuando pasamos por aquí
no había nada
absolutamente nada
absolutamente ningún tráfico

Segunda mujer
Pero está tapado"


Gracias, Laurita, Haizea y Sergio, muchas muchas gracias...


(Texto de Un muerto, de Thomas Bernhard.
Imagen de nies.ch)

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