martes, 23 de marzo de 2010

Vetas

Este fin de semana vi una película, An Education, de la directora danesa Lone Scherfig, y una obra de teatro, Por el placer de volver a verla, de Manuel González Gil.

Puede que mi asténica mirada sea demasiado complaciente estos días. Pero creo que estoy empezando a entresacar algo así como vetas de aprovechamiento de las cosas.

En el primer caso, la película, aunque no es redonda -intuyo que falla algo en el ritmo-, es una delicia de ver. Sufrí mucho hasta el final, porque no sabía si lo que nos trataban de contar era lo mismo de siempre, o algo radicalmente nuevo. Al final, son los ojos de la protagonista -maravillosa- los que nos guían por toda la trama; eso no está nada mal, para variar. Veta añadida: la historia de la profesora; ojalá hubiera tenido un desarrollo mayor -lo merecía, quiero decir que las relaciones entre alumnas y profesoras no han sido todavía, creo, suficientemente exploradas, y en este caso podría haber dado mucho más de sí.

En el segundo, mi crítica es mucho más feroz, al tratarse de un retrato tan típicamente masculino de la madre -a quien se intenta hacer pasar por un personaje universal... lo cual me hizo enarcar una ceja desde el comienzo de la función- que me extraña que nadie haya dicho nada todavía -es mentira: en realidad, no me extraña nada. Eso no significa que la identificación no sea -seguramente por desgracia- más que posible, y que veamos en el personaje materno a nuestra propia madre corregida y aumentada. Me asusta un poco la injusticia de semejante semblanza, nada más. La veta: las reflexiones sobre teatro y literatura -de lo mejor que he visto yo en teatro dentro de teatro.

A lo mejor estoy en una mala semana, tengo las defensas críticas bajas y mi opinión no es fiable. Pero no he lamentado ninguna de las dos experiencias; ni -obviamente- la primera, ni la segunda, con todo lo controvertida que me parece.

No hay comentarios:

Página vista en total