miércoles, 5 de marzo de 2008

No tienen derecho; nosotras sí

Me parece muy acertado que el lema de la manifestación del Día de la Mujer de este año esté dedicado al tema del aborto. Como guinda reivindicativa de todos estos meses de persecuciones. Imagino que, de todas formas, el tema de la violencia tampoco va a faltar. En realidad, se encuentran relacionados: ¿qué es esta última caza de brujas -en un sentido bastante más literal del que imaginamos- sino una nueva muestra de violencia contra la mujer?

La semana pasada llegó hasta mí -ni siquiera recuerdo cómo- un artículo de La Razón -repito: no recuerdo cómo- dedicado a una entidad denominada Línea de Atención a la Mujer, ubicada en Madrid, y que se dedica, como su propio nombre indica, a asesorar a mujeres que han de enfrentarse a la realidad de un embarazo no deseado. Casualmente, yo me había topado previamente con esta ONG, a través de una oferta de trabajo en Internet, y pude leer con detenimiento el cuestionario de selección que empleaba.

"¿En qué momento considera que comienza la vida humana?"; "¿Qué es para usted el aborto?"; "¿Qué haría si tuviera que atender a una mujer que deseara seguir adelante con su embarazo, en contra de la opinión de su pareja?"; "¿Qué es para usted el feminismo?". No es broma. Probablemente el cuestionario ya no se encuentre disponible, pero estas eran las preguntas que debían responderse para poder optar a la plaza ofertada. La verdad es que hasta ahora apenas lo había mencionado; este tipo de cosas siempre me dejan una siniestra sensación de malestar.

Después de leer el artículo de La Razón ya no tuve dudas de cuál era la loable tarea social a la que esta asociación se dedica (http://www.larazon.es/21758/noticia/Sociedad/Un_%ABtel%E9fono_de_la_esperanza%BB_para_embarazadas_indecisas). Me vienen a la cabeza las denuncias, tantas veces escuchadas, contra el Gobierno de la Comunidad de Madrid y sus subvenciones, y no puedo dejar de relacionar una cosa con la otra.

Por lo visto, impedir que las mujeres puedan ejercer sus legítimos derechos en libertad es un fin social. Me horroriza pensar en los ejemplos similares con los que estaremos conviviendo. Me aterra imaginar a esas adolescentes, cuya tutela pertenece a la Comunidad de Madrid, obligadas a esperar perpetuamente para poder interrumpir sus embarazos (http://www.elpais.com/articulo/madrid/Comunidad/impide/abortar/menores/estan/tutela/elpepiespmad/20080222elpmad_2/Tes). Y, también y sobre todo, pensar en todo lo que estarán sufriendo: la presión, la culpabilidad, el miedo.

Casi en sintonía poética con la reelección de Rouco Varela a la presidencia de la Conferencia Episcopal (no sé por qué, pero esto de las elecciones de los obispos me parece algo oscuro...), como broche de un final de legislatura que no ha podido ser más tenso. Política y religión pueden darse la mano de nuevo, como tantas veces en el pasado, en este Madrid nuestro, en una macabra alianza contra las mujeres. Me estremece pensar en la que se nos viene encima con este último giro de la Conferencia Episcopal, y no sólo en relación al tema del aborto; y una no puede evitar preguntarse si será verdad eso de que todo puede ir siempre a peor.

Deberíamos ser tajantes. Naturalmente, en estos momentos no sé si la Línea de Atención a la Mujer disfruta de subvenciones o no. Pero eso no me impide afirmar lo que creo. Y también que no tiene derecho. Nadie lo tiene.

No se puede jugar con la vida humana.

Las mujeres también somos humanas, y nuestras vidas no les pertenecen.

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