sábado, 26 de septiembre de 2020

Mirada

 



Después, cuando ya había aprendido a descifrar esos signos misteriosos, la primera vez que leí la palabra «bosque» en un libro de cuentos, supe que siempre me movería dentro de ese ámbito. Toda la vida de un bosque —misterioso, atractivo, terrorífico, lejano y próximo, oscuro y transparente— encontraba su lugar sobre el papel, en el arte combinatoria de las palabras. Jamás había experimentado, ni volvería a experimentar en toda mi vida, una realidad más cercana, más viva y que me revelara la existencia de otras realidades tan vivas y tan cercanas como aquella que me reveló el bosque, el real y el creado por las palabras.


En el bosque, Discurso de entrada en la RAE (Ana Mª Matute, 1998)

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