miércoles, 31 de julio de 2019

Lola-Agonías



(...) Claro, si es que crecía algo... porque de todas formas haría frío. ¡Frío y oscuridad, con tan poco sol! De pronto, a la señora Meier le cambió el gesto. Se preocupó. Y reflexionó sobre la cantidad de guantes calentitos y abrigos que tenía en casa. ¿Serían suficientes? ¿No debería tejerle a su marido unos buenos calzoncillos de lana? ¿O mejor, dos?


*

Un cuento maravilloso para las agonías de este mundo (y seguramente de otros).
La señora Meier se preocupa por todo: por su huerta, por los accidentes aéreos, por el frío, por el sol...
Después aparece un pajarito abandonado y ambas intercambian saberes.
Todo en forma de collage, con una plástica exquisita: la vida misma.
Estoy leyendo tanto, y de manera tan glotona, que solo puedo decir que ha sido una de las últimas (y mejores) lecturas de este julio nublado y norteño.




Wolf Erlbruch, La señora Meier y el mirlo (2012 [1995])

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