viernes, 27 de abril de 2012

Mientras vuelvo a ver Kinsey un viernes por la noche

El lunes fui a una suelta de libros en Medialab-Prado para celebrar el 23 de abril. Yo liberé El trabajo del actor sobre sí mismo de Stanislavski y a cambio me llevé Indignation, de Philip Roth. Liberación total.

El martes comencé la cuarta escena de Cookie. Y después acabé con mis sesiones de depilación láser. El médico se despidió de mí con dos besos y de pronto fue raro pensar que hemos mantenido algún tipo de relación esporádica durante algo más de tres años. Relación platónica, claro está. Y la cantidad de cosas -trabajos y paro y crisis y Barcelona y burritos y lecturas y una tesis doctoral y alegría alegría alegría y una novela y teatro teatro y amor y más teatro- que me han pasado en este tiempo. Acabar con la depilación láser es de esas cosas que, aparte de acabar con tus inhibiciones en cuestión de posturas, te hace pensar en cómo pasa el tiempo.

El miércoles tuve una larguííííísima reunión y después terminé el día recuperando un capítulo de la cuarta temporada de Los Soprano. I hate miércoles.

El jueves vi dos pisos, renové mi carnet de conducir y vi el primer capítulo de la quinta temporada de Mad Men (on line, sí). Me encantan las casas, me encantan, y me pregunto si eso tiene que ver con mis orígenes burgueses o con mi lado cotilla o con otra cosa (esto, creo, será motivo de nuevos posts); hace diez años que me saqué el carnet de conducir (¡diez años!); adoro a Peggy Olson, no sé si ya lo he dicho alguna vez, la adoro.

Hoy he comido una deliciosa hamburguesa con queso, he hecho que me perforaran la nariz en un pequeño piso de Lavapiés (esto también es carne de otro post, sin duda, e incluso de material de ficción) y después he ido a coger el autobús, bajo la lluvia; he perdido dos autobuses: el primero porque sí y el segundo por contestar a las preguntas de unos turistas portugueses sobre la venta del eurocupón (!!).

Y nada más. Es solo que últimamente no encuentro el momento de sentarme y actualizar. Demasiadas cosas. He aquí algunos detalles. En bruto.

Y el amor, quizá, flota en el aire. O no




(Imagen de amctv.com)

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