lunes, 31 de diciembre de 2012

This is the end...



Leyendo a Artaud bajo los efectos de la teína, a media noche, a veinticuatro horas del nuevo año, a unos diez días de que el mundo haya terminado, pienso... O no pienso, siento o... No sé... Escribo, mejor sí: escribo. Que qué raro es todo. Que qué raro ha sido todo. Siento: que este es el final. This is the end (o que ya lo fue... pero que está bien volver a decirlo). Que el dolor duele. Que el cambio duele. Que la vida duele. Que 2013 empieza mañana por la noche. Que escribo. Escribo. Ese es mi compromiso para 2013: yo y escribir. Por ese orden. Aparte de ser la mujer sin compromiso, había otra cosa... pero ahora no la recuerdo. Ha sido maravilloso, todo maravilloso. Pero empieza 2013. Pensé en teñirme de negro azabache. Pero creo que no hará falta. Voy a arreglar el corsé; eso voy a hacer. Voy a escribir y a no tener miedo. Voy a intentar aprender. Yo. Yo. Yo. Voy a conservar lo bueno: el cuidado, el amor, el té, el trabajo. Voy a confiar. Voy a confiar(me). Voy a mantener los ojos los oídos la boca bien abierta. Voy a bailar... Tengo una tragedia en el horno de las tragedias. Tengo un cuento en el horno de los cuentos. Hace un año el mundo temblaba y yo tenía miedo. Ahora soy yo la que ha temblado, como un terremoto... Está bien. He corrido con tutú. He llorado. He llorado mucho. Está bien. Voy a conocer París este año. Y a lo mejor Roma. Y a lo mejor Nueva York. Y a lo mejor... Voy a encontrar el equilibrio entre comer y desaparecer. Voy a experimentar con las sombras y con los ojos. Voy a abrazar (esa era la otra cosa). Voy a mirar. De nuevo, voy a escribir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bonita reflexión. Sin duda, continúa escribiendo. Un abrazo!

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