sábado, 30 de enero de 2021

miércoles, 27 de enero de 2021

Entre las flores



Empezaba a interesarse por ella, por su desconocida vida, que ahora transcurría por entero fuera del hogar. Su corazón albergaba un extraño odio hacia su madre, odio que parecía crecer con ella, que como el amor tenía mil motivos y ninguno, y como el amor podía decir: “Porque era ella, porque era yo”.


El vino de la soledad (Irène Némirovsky, 1935)

martes, 26 de enero de 2021

jueves, 21 de enero de 2021

Ana está furiosa



Cuando se enfadaba,
las mejillas se le ponían
rojas como tomates,
los cabellos se le erizaban,
crujían y lanzaban chispas,
y sus ojos gris claro brillaban
negros como cuervos.


Ana está furiosa (Christine Nöstlinger, 1990; Ilustr. de Arnal Ballester)

miércoles, 20 de enero de 2021

Huellas



No deseo escribir ningún relato, pues eso significaría crear una realidad en lugar de buscarla. Y tampoco quiero limitarme a reunir y a transcribir las imágenes que conservo en la memoria, sino tratarlas como documentos que se aclararán los unos a los otros al estudiarlos desde diferentes ángulos. Ser, en pocas palabras, etnóloga de mí misma.


La vergüenza (Annie Ernaux, 1997)

lunes, 18 de enero de 2021

Cuentos crueles al oído



Mañana pasa por Madrid, al fin, Struwwelpeter. Cuentos crueles al oído, con la Joven Orquesta y el Coro de la Comunidad de Madrid. Un concierto teatralizado a partir de los cuentos de Hoffmann, en cuya dramaturgia tuve el placer de trabajar hace ya bastante. Ya sabéis, enero es el nuevo marzo (de 2020).
Estoy contenta.

Entradas aquí:)

sábado, 16 de enero de 2021

¿Merendamos o qué?



Imaginaba que el final de la novela me traería sosiego; algo de solemnidad incluso. Hubo un momento, a finales de octubre, en que sentí algo parecido a la emoción; aunque entonces sabía perfectamente que el final no había llegado. 
Lo cierto es que los últimos tres meses se están pareciendo más a chapotear hasta el cuello en nieve sucia.
Así ando.



Imagen de Laura Hughes.

viernes, 15 de enero de 2021

Dos cosas buenas de 2020



Esto es algo estupendo que también ha pasado en 2020 y que no había contado. 
La publicación de mi texto Irse de casa –Mapa-poema para niñas que se portan mal (Premio de la Escuela Navarra de Teatro y estrenado en Pamplona en 2019), en el nº 358 de Primer Acto. Y la publicación de ¿Quién bailará esta carta?, de Félix Gómez-Urda (Premio Jesús Domínguez 2020), en el 359. Dos números al año, dos textos distintos. Tendríamos que haberlos presentado el fin de semana pasado, en el Salón del Libro Teatral; pero la nieve trazó sus propios planes...
En cualquier caso, aquí tenemos nuestros números, en casa. 
Y podéis encontrar los vuestros en la web de la revista;)


miércoles, 13 de enero de 2021

Inventario 2020

 


Elisa y Marcela

El viaje de Chernóbil

Acróbata y Arlequín

¡Bee! El rebaño

Crusoe

El lago de los cisnes

Baida, la niña sin cabeza

Pinocchio

Úniko

Babylon Cabaret

Feminismo para torpes

Es mi hombre

Catalina

Carmiña

Conservando memoria



Solo quince espectáculos en este año tan raro, en el que hasta el tiempo y la memoria parecen haberse distorsionado (¿no es extraño recordar cosas que pasaban en enero y febrero?). Disfruté mucho con Úniko, que me permitió conocer a Teatro Paraíso, en FETEN. Pero la palma se la vuelve a llevar, sin remedio, Conservando memoria; de hecho, a nivel teatral seguramente la mayor delicia haya sido poder cerrar el año con El Patio, por la obra y también por el hecho de cerrarlo.
Vamos a ver 2021.

martes, 12 de enero de 2021

#YoSoyHedonista



Me he tomado la tarde libre. 
He pasado la mañana enviando mails de trabajo y organizándome la agenda del trimestre. Después me han avisado de que cancelaban la función de teatro que iba a ver mañana (más cancelaciones). Las bibliotecas están cerradas (al menos) hasta el lunes, lo que significa que no puedo devolver a Knausgård (tengo retraso desde el viernes pasado) ni tampoco sacar a Henry Miller. Mis planes eran pasar la tarde bajo la manta, revisando la novela. Pero entre escuchar a Bowie, merendar y leer cosas aquí y allá, cuando he querido abrir el archivo me he dado cuenta de que no era el momento. Con lo que me cuesta aceptar eso. Y con lo que me está costando escribir. Con lo que me está costando. Porque diciembre ha sido como regresar de un largo viaje llamado otoño. Y después, la agitación navideña. Y ahora la nieve. Me fascina la nieve, es una de mis filias; en la app de información meteorológica del móvil tengo anclados lugares como Bergen y Helsinki, solo para quedarme extasiada ante el simulador de copos (allí aprendí que existe la palabra 'nevisca'. Nevisca). Y ahora la nieve nos ha dejado (otra vez) en casa. Anoche fui al supermercado (quiero decir: me armé de valor y de crampones para bajar) y el panorama era desolador: no hay huevos, no hay pan, ni fruta, ni verdura, solo tarrinas de manteca de cerdo en la sección de carne. Esta mañana iba a coger un tren a la sierra pero era una locura, un señor que iba con su carro se ha caído al suelo delante de la ventana, y al final me he quedado mandando mails. No hay teatro, ni bibliotecas, ni planes. Solo hielo y casa. Pero no estoy confinada: y tengo que decírmelo muy seguido, todo el tiempo, para ver si me lo creo de una vez.
Así que me he tomado la tarde libre (lo merezco, de verdad, estas preocupaciones pueden parecer burguesas y primermundistas, pero lo merezco y a pesar de todo me gusta la nieve y me va a seguir gustando), y parece que por fin he escrito un poco.


La imagen es de Las Hedonistas (y de Alina Zarekaite), que comienzan TALLERES DE INVIERNO esta semana.

viernes, 8 de enero de 2021

jueves, 7 de enero de 2021

Reis



Y esto que descubrí hoy:


domingo, 3 de enero de 2021

viernes, 1 de enero de 2021

Hay tiempo



Esta guirnalda navideña es el mejor resumen del cambio de ciclo.
He empezado el año con chocolate y panettone. Y hace un rato, cuando volvía a casa, me ha nevado.
Me está costando escribir últimamente; los acontecimientos desbordan el relato.
Si tuviera que formular algo como propósitos para este año, diría que me gustaría deshacerme de la prisa, convencerme de que hay tiempo. Eso, y decir las cosas, verbalizarlas: las que me gustan y las que no.
También quiero aprender Photoshop y dibujar con lápices de colores.
Si tuviera que decir.
Desubicada y torcida, ahí está la guirnalda; ahí está.

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