domingo, 9 de agosto de 2020

Mi cuarto de atrás




Las tapas del libro blanquean junto a un dedal dorado, la luz baja tenue, se está a gusto a ras de tierra; revivo el antiguo placer por habitar pasadizos, recodos y desvanes, aquel gusto infantil por los escondites. "Aquí no me encuentran", eso era lo primero que pensaba, y me instalaba allí a alimentar fantasías; también ahora puedo jugar, los objetos en libertad parecen fetiches, los muebles son copas de árboles, estoy perdida en el bosque, entre tesoros que sólo yo descubro, algo me va a pasar, todo consiste en esperar sin angustia, en dejarse a la deriva, hemos perdido el gusto por jugar y, en el fondo, es tan fácil, me voy a poner más cómoda.
(...)


El cuarto de atrás (Carmen Martín Gaite, 1978)

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