Nada más madrileño que los balcones, ese apéndice doméstico en el que colocamos tiestos, huerta, sillas, extractores de aire acondicionado, zapatillas malolientes, ropa tendida, basura y bombillas de colores.
Me fascinan.
Por cierto, desde ayer tenemos librería nueva en Malasaña: se llama La Fabulosa y su librera, Alina Zarekaite, tiene muy buen gusto.
Ahí lo dejo.
La Fabulosa.
Calle del Barco 40
(junto a la Plaza de San Ildefonso)
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