Tan contenta porque el árbol de delante del balcón está echando los primeros brotes de la primavera, que ya me tenía preocupada por si llegaba junio y la luz de la calle no se volvía completamente verde, que es lo que ya está pasando en las calles aledañas.
He asistido esta mañana al Foro de Transformación Urbana de Más Madrid, sobre ciudad e infancia, que no ha sido perfecto porque es muy difícil que un acto de adultxs con niñxs lo sea; pero me ha encendido la chispa política y vecinal.
Y nada, que la dramaturga Ruth Vilar ganó ayer su ronda del Torneo de Dramaturgia, lo que significa que pasa a semifinal y que se viene una de croquetas en casa, y quizá hasta de tortilla de patata, que ya compré el volteador y solo me falta sartén pequeña y cogerle el truco. Ruth me regaló el jueves su álbum Don Queharé, que fue Premio Sant Joan de Déu 2009 y que está ilustrado por Arnal Ballester; una maravilla preciosa e inteligente que además llena las paredes de un hospital infantil en Barcelona.
Y hoy es el Día del Libro y me he dado un par de caprichines... además de acabar el primer borrador de un encargo para San Isidro.
Está parando de llover y mañana sale el sol:)
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