Después comerían juntas, en el parque, un domingo en que era primavera y hacía buen tiempo y él dijo mira, es mi amiga del Museo, ¿te acuerdas de ella, Cecilia? Y Cecilia le pidió que la acompañara a dar de comer a los patos, a pesar de que en el parque de la ciudad eso está prohibido, pero quién iba a decirle que no, ella no y él tampoco, desde luego, tan sorprendido como estaba, los ojos brillantes mientras ella se levantaba, la hogaza de pan entre las manos, la hogaza de pan entre las tetas, y seguía a Cecilia hasta el borde del canal.
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Imagen: Lake George (Formerly Reflection Seascape) (Georgia O'Keeffe, 1922)
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