martes, 21 de enero de 2020

Ey, leave the kids alone!



Observar a un niño jugando, es observar esa sucesión de silencios significativos de gran plenitud. Una luna entre dos casas ha querido respetar esos silencios, lugares de paso, de soledad activa, de nueva reflexión donde los por qué y los cómo se amontonan. El silencio es el momento de reflexión por excelencia, cuando la introspección escapa al monólogo explicativo que todavía vemos con demasiada frecuencia en el teatro infantil. También es uno de los elementos determinantes del teatro contemporáneo. (...) En las carencias de los niños fue donde encontré el espíritu de una escritura contemporánea. ¿Formarían entonces los niños, incluso los más pequeños, un público totalmente contemporáneo?


Suzanne Lebeau, Escribir para el público joven

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