viernes, 6 de enero de 2017

Natalia Carrero

Querido Juan:
Esta misiva tiene vida propia y se ha desviado. Su destinataria era una empresa de trabajo temporal pero al final ha decidido partir en busca de tu corazón.
Mis motivaciones para conseguir un empleo que aporte un sueldo mensual a nuestra vida en común acaban de desvanecerse.
He estado a punto de equivocarme al cien por cien, y esta gravedad sobre la que aplico a propósito el zoom de la exageración significa que ambos nos hubiéramos mentido. Qué gran error. Inmediatamente después de la entrevista de trabajo, al llegar a casa, he llenado dos hojas con motivaciones falsas y ruegos sinceros e indignos para ser aceptada en un proceso de selección de personal.
Por fortuna, este proceso se ha detenido unos segundos antes de llegar a la despedida. No voy a solicitar un trabajo que no deseo.
Si lo pensamos, no necesitamos ese sueldo que seguramente consumiríamos en lo de siempre: más cines, más cenas, más chocolate y fines de semana. Prefiero quedarme en casa y escribir. Preferiría que tú también lo prefirieras.
Me pregunto cómo conseguir tu apoyo para llevar a cabo esta locura. Y cómo vivir a tu costa, sin que nos importe que la gente diga que me aprovecho de tu buena predisposición.
A ti, amigo que sabe tan bien como yo que no solo de amor sobreviven las relaciones de pareja, a quien ahora toca decidir si vivimos de tu sueldo o si debo yo también buscar dinero, presento el siguiente curriculum alternativo, una relación cronológica de textos que aluden a experiencias vitales que aspiro a publicar algún día.
Debes saber quién soy, qué he hecho, desde dónde y para qué he trabajado en lo que me gusta, en la mina de las letras donde paso la mayor parte del tiempo, en busca de un sentido que compartir.
Léeme, soy toda tuya, una futura escritora, quizá alguien en quien confiar.


V.






Yo misma, supongo. :Rata_Books

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