"Hice mía la
frase de Ana María Machado: «El oficio de escribir para
niños, por lo tanto, sería el oficio de construir mundos y
submundos con las palabras. Igualito que escribir para
adultos. Sólo que para niños tiene que haber algo más, un
supermundo, el de la esperanza». La desesperanza, entonces,
es un límite que no me atrevo a traspasar y que
probablemente no supere jamás. Esta actitud no es una
claudicación. Soy incapaz de imaginar un hoy sin un
mañana, una noche sin el día, la ausencia del sol después
de la lluvia. Mi propia naturaleza me lo impide".
(Suzanne Lebeau, De la censura y la autocensura...)
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