O: Cómo me metí yo en
este lío.
"Cuerpo y escritura: para mí es problemático. Veréis. Dos años después me enamoré muy chungamente. Mi cuerpo estaba gritando de deseo y yo, aturdida, apenas daba abasto a escuchar. Adelgacé unos doce kilos ese año. Cuando empecé a recuperarme de todo aquel amor tan chungo me dio por el control -esa obsesión tan femenina-; control del cuerpo, control de la mente, control (y castigo) del deseo. Escribí el dolor: en forma de tragedia, en forma de comedia. Y de forma compulsiva empecé a contarme a mí misma (siempre, la obsesión de narrar…) lo que comía: galletas, té, zumo, dos piezas de fruta al día… (Lo poco que comía). Es muy raro cuando tu cuerpo cambia de esa manera; te miras al espejo y te has convertido en otra (¿y quién es esa otra?). En realidad controlas poco de lo que pasa, por mucho que te empeñes; pero la vida funciona a base de negarlo y creerte tu propia heroína. Mientras tanto, amenazas con desaparecer…"
(Y más info sobre el taller Julietas y Medeas (Teatro&Autoficción) aquí)
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