-¿Por qué están locos los enanos con caperuza amarilla?
-No sé por qué están locos. Pero todos sabemos que les falta un tornillo. ¡En las cabezas donde viven suelen crear sospechas y desconfianza!
(...) Anna se dio cuenta de que estaba meditando. Al fin y al cabo conocía bien a su enano, y esperó pacientemente a que este volviera a hablar.
-A un enano amarillo hace falta hablarle en nuestra lengua materna. Somos bilingües. Hablamos fluidamente el idioma de los humanos y el de los enanos...
(Christine Nöstlinger, Der Zwerg im Kopf)
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