Leo con tristeza que ha muerto, a los 91 años, J.D. Salinger, autor de El guardián entre el centeno. Fui fan de Salinger durante una época concreta de mi vida; la que abarcó mi primera, primerísima juventud. Leí El guardián enamorada de mi profesor de ética de cuarto, y después leí también con devoción Nueve cuentos y Franny y Zooey (bastante más flojo, hablando con sinceridad, que los otros dos... sobre todo que el primero). El País ha elaborado una extensa semblanza como obituario del escritor que todavía no me ha dado tiempo a leer. Pero incluye un fragmento del comienzo de su obra por antonomasia, cuya lectura recomiendo como preámbulo de cualquier adolescencia. Como valor añadido, Salinger vivió su vida como le dio la gana; escribió su gran obra y después desapareció de la escena pública, prácticamente hasta ahora que ha muerto.
Y leo con esperanza (relativa, no nos engañemos) que Soledad Puértolas ha sido elegida miembro de la Real Academia Española. Es la quinta mujer que ingresa en ella y aunque El País se lamenta de que siga siendo noticia que una mujer lo haga yo prefiero pensar de forma más pragmática y, sí, celebrarlo. Al menos hasta que leo esa declaración de principios sobre la imposibilidad de las cuotas en la RAE y sobre el criterio del mérito como acceso... Es ahí donde mi esperanza se tambalea un poco. ¿Nadie observa la paradoja? Si el mérito fuera realmente el único criterio válido, ¿de verdad sería Soledad Puértolas la quinta mujer en sentarse en la RAE? ¿Y nos lo dicen con toda la frescura del mundo y se quedan tan anchos?
4 comentarios:
me parece todo muy bien.
lo único que no me gusta mucho es que El Guardián entre el Centeno tenga que ser por narices un libro adolescente. y no me refiero sólo a tu entrada, sino a todo lo que leo. Todo el mundo dice "cuando era adolescente me gustó". ¿Habéis sido capaces de crecer y no volver a leerlo? Puede que trate el tema de la adolescencia, pero sigue siendo una gran novela aunque el lector tenga cuarenta, digo yo.
cuando se estudia literatura inglesa con métodos ingleses te das cuenta de que en nuestro país, todo lo que tenga visos de ser moderno es complicado que sea considerado como algo de peso en el canon. pero los anglosajones saben que Salinger hizo algo más que solucionar la lista de libros para leer del instituto. saben que fue original, las distintas tonalidades y sentidos detrás de cada frase.
¿Por qué aquí no sabemos respetar como completo algo sólo porque no es de la época de Lope?
Hola Apneica
Tienes toda la razón. Aquí tenemos problemas para asumir el valor de lo contemporáneo; seguramente en EEUU sea más fácil, dado que su historia es más corta.
La verdad es que hace años que no leo "El guardián entre el centeno", pero creo que su valor sí va más allá de ser lectura de instituto (de todas yo no creo que sea tan habitual que lo hagan leer ahora mismo, por lo menos en España; es que mi profe molaba mucho).
¿Tú has estudiado filología inglesa? ¿Dónde? ¿Qué tal está la carrera?
Un saludo y gracias por los comments!
Lola
Yo nunca he leido ese libro, pero he aprendido sobre literatura inglesa por mi lado,ya que en las escuelas publicas de Argentina subrayan el hecho de leer autores latinoamericanos, aunque haya tenido que leer obras muy aburridas por obligacion.
Debere considerar leerlo algun día y si es un libro para "adolescentes" como todos dicen,podre disfrutar de él, ya que tengo 17 años y muchos libros han caido en mis manos.
He leido tus entradas y son el mejor ejemplo de valoracion a las mujeres que haya leido. A pesar de que aqui seamos lejanamente respetadas( y hasta tengamos una mujer como presidenta,a pesar de que sea manejada por su marido),aun el machismo no ha sido erradicado completamente y se niegan a la igualdad de los generos.
Ok, seguire rompiendo las reglas del protocolo y dedicare mi tiempo a buscar ese libro y otros mas.
Desde Buenos Aires, Con amor.
Crystal.
Muchas gracias Crystal!
Sí que te animo a que lo leas, no creo que te cueste mucho encontrarlo, seguro que en Argentina también se lee.
Rompe, rompe todas las reglas del protocolo!
Besos!
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