-¿Qué podrá ser? -pregunté.
Carmela lo sabía todo. Ella sangraba todos los meses desde hacía un año.
-Es normal -dijo-. Por naturaleza, las mujeres tenemos el mes, sangras unos días, te duele la barriga y la espalda, y luego se te pasa.
-¿Seguro?
-Seguro.
El silencio de Lila me empujó hacia Carmela. La naturalidad con la que me había contado lo poco que sabía me tranquilizó, hizo que me resultara simpática. Pasé toda la tarde hablando con ella hasta la hora de cenar. Averigüé que por esa herida no te morías. Al contrario "significa que eres mayor y que puedes tener hijos, si un hombre te mete su cosa en la barriga".
(Elena Ferrante, La amiga estupenda)
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